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jueves, 22 de junio de 2006

Un poquito de caña...


La naturaleza humana resulta, casi siempre, tan chocante como curiosa. Contradictoria, enrevesada y con una cara para los demás que, a menudo, no representa lo que uno guarda en su interior, la verdadera esencia de la persona. No obstante, uno ya va sacando factor común de los operandos (y operandas) que se va encontrando por el camino y el sentimiento y la reflexión que provoca es un desconcierto absoluto y la inevitable pregunta "¿pero qué coño quieren las mujeres?". He ahí el tema central de estas divagaciones que, me temo, suscitarán cierta polémica e incluso, que alguna me retire la palabra... Pero ya al comienzo quiero alegar en mi defensa que todo esto lo escribo con mi más sincero cariño, mi mejor intención y el máximo cuidado del que soy capaz para no herir ninguna susceptibilidad.

Desde que tengo uso de razón (en períodos intermitentes, eso sí), vengo acordándome de aquello que muchas mujeres proclaman al mundo sobre cómo es su hombre ideal: sincero, amable, simpático, cariñoso, inteligente, fiel, honesto, trabajador, sensible, detallista, apasionado... ¿me dejo algo? Ah, sí! Y si puede ser atractivo y con dinero, pero eso no es lo importante, lo importante es el interior... Lo siento, no puedo seguir... es que me entra la risa. Continúo mañana, lo prometo.

Promesa incumplida, pero mas vale tarde que nunca. Sigo.

Si el otro día me entro la risa, no fue pensando en que ellas no fuesen sinceras cuando enumeran las características de su hombre ideal, sino más bien en la "dualidad" de muchas de ellas. Porque en el terreno de las ideas, la utopía es esa, pero luego, en la realidad, la atracción suele aparecer con tipos de hombres bastante distintos a los que ellas pensaban, o al menos, hombres que manifiestan actitudes o intenciones que poco o nada tienen que ver con esos principios de sinceridad, honestidad, cariño, atención, etc.

Al final, lo que a la mayoría de las mujeres les "pone" es el clásico "sinverguenza", mujeriego, picaflor, que no quiere compromiso, que está sobrado de mujeres, y que va "a lo que va". Y el físico tampoco es que importe demasiado, ya que la mayoría de las veces es el carácter, la actitud, la imagen que uno proyecta de sí mismo, la que inclina la balanza de la atracción a favor o en contra. Sé que algunas se pueden sentir ofendidas por estos comentarios, que muchas pensarán que no sé de qué estoy hablando, amén de improperios varios que tampoco es menester que sea yo el que los cite aquí (para eso está la sección de comentarios, chicas).

Pero quiero hacer énfasis en que no creo que esa contradicción sea fruto de cierta hipocresía por vuestra parte. Por el contrario, yo creo que hay una relativa dualidad en cada una de las mujeres que es la que en la mayoría de los casos les lleva a sus fracasos amorosos, a elegir mal a los hombres y, en última instancia, a echar pestes de ellos. Claro está, esto es así porque aquellos con los que habéis tenido contacto más íntimo son los que presentan esas cualidades que citaba en el párrafo anterior.

Por supuesto, siempre que asisto a la confesión de alguna chica de cómo sería su hombre ideal, me asaltan los deseos de exponer mi punto de vista y, cuando lo he hecho, ellas rechazan de plano éste razonamiento y se reafirman en su ideal de príncipe azul, sincero, cariñoso, bondadoso, atento, etc.

Si bien, alguna hay por ahí que reconoce que en algunos momentos, en algunas situaciones les atrae el típico sinverguenza, mujeriego, etc... pero que lo ideal es un término medio, un hombre especial que sepa combinarlo todo de forma casi "mística", que les vaya dando "una de cal y una de arena" en una proporción que no viene en ningún manual, ni ensayo sobre psicología, ni en ningún blog del mundo, pero que en cada caso, en cada mujer, es distinta y única.

Como casi siempre, la verdad suele estar más próxima de la unión de principios opuestos (aunque parezcan incompatibles), así que me quedo con ésta última respuesta a la eterna pregunta de ¿pero qué quieren las mujeres? Es cierto que les pone el típico sinvergüenza, mujeriego, macho ibérico con trazas de cierta chulería, pero muchas de esas relaciones al final no funcionan porque les falta la otra parte, la de hombre cariñoso, sincero, fiel, honesto, atento y, en definitiva, buena persona.

Ahora, ¿cómo hallar la fórmula de la combinación exacta para conquistar a la chica que quieres? Eso es ya material para seguir divagando otro día.

5 comentarios:

  1. La razón de que a nosotras las mujeres nos gusten los chuleras o berracos, es pasajero, acabas cansándote de ellos, y buscas a una persona que sea amigo, que te acompañe ,donde sea...Que tenga similitud con respecto a tí... y que cuando estén juntos solo sienta cariño, roses que hacen sentirte segura en sus brazos y sin pensar que llegue mañana....

    Un beso y encontraras a una mujer que te busque a tí.....

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  2. A esta reflexión debería acompañar otra sobre el tema "¿De qué se asustan los hombres??!" Si vas de mujer independiente, autosuficiente y autónoma, al margen de que también puedas mostrarte interesante, cariñosa y sexualmente activa, a ellos les provocas miedo; piensan que eres demasiado lobo para tan poca caperucita (en este caso, es él el que lleva el gorrito rojo y la cestilla). Si, por el contrario, vas de fiel, comprensiva con sus cosas (fútbol, coches, reuniones de chicos y gotitas en la taza del water), resulta que eres sosa o, lo que es peor, que sólo recurres a él para cazar marido. ¿Dónde está aquí el término medio? Por favor, que algún machito comedido me lo explique, sin dejas gotas en mi baño...

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  3. A mi que me den el libro de instrucciones... que si no me pongo nerviosa!!

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  4. Como me echaste en cara la brevedad del otro día... yo también reflexiono a menudo sobre el ideal de mujer que quereis los hombres y sobre el poquito de caña que quereis vosotros. Estoy totalmente de acuerdo con el comentario de Nuria: Si vas de mujer comprensiva, amiga, seria, guay... no te comes nada, porque pienso que al final el personal se acaba acojonando, y perdonenme la expresión, por el miedo en general, y en este caso en particular, a enfrentarse a algo más autentico, a conocer más a alguien... Y si vas de "me da igual", de liberal, de (esta es mi expresión preferida Dani,ya sabes)"follamiga" comprensiva, puedes llegar a tener la sensación de que no eres valorada, de que no llegan a conocerte...vamos,que te están tomando el pelo... En fin, no se si esto tiene mucho sentido.
    Una maner sencilla de explicarlo seria: Si te acuestas "pronto" con un tio, te arriesgas a que pase de ti, y si quieres conocerle y no te acuestas... o eres una estrecha, o vas super en serio y se cagan de miedo (vamos, que parece que te quieres casar porque quieras conocerles un poco más...)
    No sé, como bien decias, con cada persona habrá que tener un matiz diferente, y por eso es tan difícil acertar, por eso también supongo que vendria bien siempre un poco de paciencia, y estar preparados para sentir y para dejarnos llevar, porque conocer gente es bonito y dando tropezones se aprende, verdad Dani?

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  5. Ana:

    Estoy de acuerdo contigo, y sería genial que ahí acabara la historia, pero lo que suele ocurrir es que también os acabáis cansando de esa persona especial, cariñosa, que os cuida y está pendiente de vosotros, y es entonces cuando llamáis al chulo para poner algo de aventura en vuestras vidas... Y sobre lo último, Dios te oiga!

    Nuria:

    Eso que dices solo ocurren con los que quieren una amiga para echar un polvo de vez en cuando o, simplemente, echar un polvo. Cuando a alguien le gustas de verdad, solo importa que vea en ti que también te gusta, y luego fijar fecha para la boda. Mi consejo: olvida a los que quieren de ti algo que no quieres, aunque si es eso lo que quieres, entonces no te quejes! Y lo de las gotas en tu baño... se arregla teniendo dos, y que limpie él el suyo.

    Marisa:

    Si coincides con Nuria en lo que decía, entonces coincides también en lo que yo le respondía. No se trata de actitudes, la cosa es más simple. Si gustas, todo es sencillo y fácil, la Naturaleza y aquel a quien le gustas, te allanan el terreno para lo que sea, no importa si vas de pasota, independiente y talycualpascual o si, por el contrario, follas la primera noche. No depende de eso. ¿Y de qué depende el que gustes? Sinceramente, no lo sé. Creo que cada cual es un mundo y no tiene mucho sentido comerse el coco. Simplemente hacer borrón y cuenta nueva, y a vivir que son dos días.

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