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martes, 10 de noviembre de 2015

Manipulados

Como el título de la entrada es bastante explícito, voy a saltarme la introducción y pasaré directamente al ejemplo con el que quiero explicar cómo los medios manipulan la opinión de los ciudadanos e influyen en el resultado electoral valiéndose de argucias que a veces llegan hasta la mentira y otras se mantienen dentro de los límites de las omisiones, exageraciones y dar por ciertos determinados rumores interesados.

El siguiente ejemplo lo hemos podido ver en la edición de ayer de ABC de Sevilla, a cuenta de la aprobación de las ordenanzas fiscales que, entre otras cosas, determinan el IBI. Sobre este particular "informaba" el ABC de esta manera en la portada de su edición electrónica (pulsar en la imagen para ampliarla):


"Vaya con estos populistas, ya están jodiendo al ciudadano subiendo el IBI ¡como si no tuviera bastante! ya sabía yo que estos la iban a cagar..." diría el "avezado" lector medio de ABC. La gran mayoría, por pereza, por falta de tiempo o por una excelente predisposición a ser manipulado no entrará a la noticia y se quedará con la información contenida en ese escueto titular, confirmando lo que él ya "sabía".

Habrá una parte que entrará a la noticia para ver si se dice a cuánto va a ascender el sablazo que estos rojos bolivarianos le tienen preparado para el año que viene. Se encontrará entonces con la versión "ampliada" del titular.

"Vaya, que eran las vacías solamente... menos mal, qué alivio" pensarán la mayoría de los que entraron a curiosear la "noticia" completa, y ya ni siquiera leerán el resto de la noticia porque a él no le afecta. Sólo algunos, preocupados porque tienen una segunda vivienda en Sevilla que por diversas razones puede estar vacía, o que incluso no lo está realmente pero sí oficialmente (alquileres no declarados, por ejemplo), se tomarán el tiempo de leer el cuerpo de la noticia, buscando ese porcentaje de incremento que, cual espada de Damocles, se cierne sobre ellos para el próximo ejercicio fiscal. Entonces se encontrará con esto otro:


Destaco el párrafo entero porque tiene lo suyo, pero quiero hacer especial hincapié en que se exceptúan las viviendas cuyo propietario sea una persona física. Es decir, que si contamos ésta y otras excepciones que se citan en el mismo párrafo, el grueso de las viviendas a las que se les subirá el IBI son las de los bancos, que o bien están cerradas y punto, o puestas a la venta a precios completamente fuera del mercado.

En resumen, que el titular que la mayoría leerá tiene que ver muy poco con la realidad. He escogido este ejemplo para ilustrar un fenómeno que se ha convertido en el eje en torno al cual giran los medios de comunicación en este país. El periodismo no es libre, los medios de comunicación son empresas con intereses económicos y vinculaciones complejas con bancos, políticos y otros poderes. El sistema, los que están en el poder, usan estos medios para confundir y desinformar a la población, de manera que cualquier alternativa de cambio parezca incluso peor que ellos, a base de mentiras, omisiones, exageraciones y publicaciones de rumores como si fueran noticias contrastadas, unas veces de forma más sutil y otras más descarados que los dobles del Equipo A.

Esta realidad deja pocas opciones al ciudadano medio. Puede seguir consumiendo la información procesada que los medios le sirven y formarse sus ideas basadas en ella, es decir, dejarse conducir cual borrego para que el resultado de las urnas no afecte a los políticos de siempre y las empresas del IBEX 35 (que vienen a ser lo mismo). También puede renegar de cualquier información, aislarse en una burbuja y el día de las votaciones no tener en cuenta nada de lo que se ha publicado, haciendo exclusivamente lo que le dicte su conciencia, pero la ciencia infusa nunca fue una buena consejera. Por último, queda la ardua labor de recolectar la información, analizarla, contrastarla, compararla de distintas fuentes e intentar separar el grano de la paja, los datos correctos de las opiniones, exageraciones o informaciones no contrastadas. Un trabajo de monos para el que la rutina habitual de la mayoría de los ciudadanos, con esos horarios draconianos que la reforma laboral permite y que el Sistema consiente, no deja apenas tiempo.

El problema está ahí, y no tiene fácil solución. Ni siquiera se me ocurre una difícil. Sólo quería mostrar un ejemplo muy claro de lo que me encuentro diariamente en casi todos los medios que consulto.


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