Muy buenas tardes y bienvenidos todos a esta nueva edición del Curso de Manipulación Periodística (CMP). Hoy nos centraremos en un humilde e infravalorado recurso, pero muy potente a nivel subconsciente. Las comillas: "".
Pongamos que se está dando una situación socialmente alarmante la cual ha sido provocada por amigos, socios o simpatizantes de los dueños del periódico que te ha contratado. La situación que es noticia resulta tan escandalosa que mantener el silencio no es una opción, y te han encargado que redactes la noticia empezando por un buen titular.
Tu misión, si decides aceptarla, será conseguir que el lector desconfíe de la gravedad o autenticidad de la situación sobre la que trata la noticia, y que esa alarma y supuesta gravedad no son más que exageraciones de gente de izquierdas. ¿Cómo lo harías? Nuestras amigas "las comillas" acuden al rescate para "relativizarlo" todo. En este punto, hay que decir que las comillas son un recuerso muy versátil y polivalente, con distintos usos según el contexto, todos tan útiles como sutiles.
Siguiendo con nuestro ejemplo anterior, analicemos los titulares propuestos en relación a la situación de atención hospitalaria en el sevillano Hospital de Valme.
Observa con atención cómo el entrecomillado, en este contexto, viene a decir algo así como "esto de la saturación es una exageración de estos sindicatos de rojos que siempre andan con la misma monserga, no te creas una palabra, seguramente están presionando para obtener un aumento en sus subvenciones". Fíjate como en sus entradillas también entrecomillan palabras como "hacinamiento" o "colapso". Es un poco como decir "no lo decimos nosotros, no tenemos ni puta idea de si es cierto o no, solo reproducimos con exactitud lo que han dicho los sindicatos".
¿No resulta sorprendente? Con unas simples comillas en el titular puedes, de manera sutil, sugerir una interpretación prefabricada para que el lector no se tome en serio el supuesto "colapso" del hospital en cuestión y tampoco tenga que tomarse el trabajo de leerse el resto de la noticia, y ni mucho menos contrastarla. ¡Cómo cambiaría el sentido del titular si esas comillas no estuvieran! Parecería un artículo protesta, propio de Mundo Obrero, Público, o elDiario.es. Afortunadamente, nuestras amigas, las humildes comillas, vienen a nuestro rescate para maquillar la más cruda realidad y mantener a la población, al menos la mayoría, dentro del redil de los poderosos y escéptica frente a cualquier información proveniente de la izquierda.
En resumidas cuentas, el trabajo de periodista no consiste en, por ejemplo en esta noticia, ir al Hospital y comprobar de primera mano si existe tal colapso. En este caso se trata de contar lo que han dicho los malos entrecomillando aquellas situaciones que la Dirección del periódico quiera presentar como exageradas o irreales. De esta manera, los lectores desconfiarán de lo que cuenta la izquierda en general y seguirá creyendo que los políticos al servicio del dinero (y los empresarios que los controlan y financian) mantienen la sociedad dentro de los límites de lo aceptable.
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