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viernes, 12 de agosto de 2011

Senorita

María del Mar Fernández es una cantaora gaditana a la que llamaron hace cosa de un año para grabar una canción que formaría parte de la película india "Sólo se vive una vez". La canción, así como la película, está ambientada en España y, por supuesto, tiene ritmo de flamenco, rumba más concretamente. A María del Mar le pagaron 1.000 euros por su trabajo (anda que se estiran mucho los de Bollywood) y no se volvió a saber más de aquello hasta que, hace poco, la película se estrenó en India, convirtiéndose en un taquillazo, y su canción principal, "Senorita" (la ñ pierde su virgulilla), en el temazo del verano hindú, a cuyo ritmo bailan cientos de millones de indios (la población hindú supera los 1.200 millones).

La producción cinematográfica ha sido promovida por la Oficina de Turismo de España en la India, con la intención de aumentar el turismo indio en nuestro país. A este respecto, hay que comentar que la coreografía de la canción fue rodada en Alájar (Huelva), y que el evento causó cierta expectación en el pueblo, aunque la noticia no trascendió mucho.


Un año más tarde, el resultado de aquel trabajo fue éste:


Para los españoles resulta muy curiosa la coreografía pero, en cualquier caso, la canción es bastante pegadiza (yo llevo toda la mañana con la misma cantinela).

Da la casualidad que en noviembre del año pasado, sin saber nada de este asunto, estuve en Alájar, que es un pueblo precioso en mitad de la sierra onubense. De aquella visita, os dejo algunas fotos que saqué, que espero que os gusten.



















viernes, 5 de agosto de 2011

En España SÍ hay democracia


¿Que no hay democracia? ¡Y un cuerno! Dicen que la sociedad española está harta de los desmanes políticos y de este sistema que nos va asfixiando poco a poco. Que cientos de miles de personas en toda España se movilizan para protestar argumentando que no hay democracia, que aquí sólo pasa lo que quieren unos pocos, una minoría, una élite... Y es mentira. 

Sólo hay que echar un vistazo a los resultados electorales de las pasadas elecciones municipales para corroborarlo, y me atrevo a decir que en las próximas elecciones generales el gráfico que sale arriba será mucho más rotundo.

¿Que hay gente indignada? Sí, pero son la minoría. El resto quiere seguir manteniendo el actual sistema, votando a los dos de siempre o no yendo a votar confiando plenamente en el sistema, osea, haciendo lo mismo que los últimos 30 años. ¡Y no lo digo yo! Lo dicen las cifras, los resultados, la realidad que nos rodea en el día a día. Mirad si no el gráfico que aparece arriba.

Si fuera verdad que en España la mayoría de la gente anhela un cambio efectivo, ese cambio lógicamente se vería reflejado en las urnas, pero me juego lo que sea con quien sea a que ese cambio no se va a producir, al menos en las próximas elecciones generales. 

Seguro que algún indignadito me salta con que las urnas no reflejan la realidad del descontento social general, que la gente que va a votar no escoge otras opciones electorales que le den a esto un cambio radical porque no las ven realistas ni con posibilidades de ganar, que por eso hacen lo mismo, castigando al último en el poder mediante el voto al penúltimo, y así, ad eternum. Que esa es la verdadera explicación al por qué las urnas no reflejan la realidad del descontento generalizado de la sociedad, y que los ciudadanos no saben qué hacer.

Sí, hombre, vamos... El razonamiento es muy bonito, pero falla en algo elemental. Si la gente estuviera descontenta con el sistema en general, y con la clase política en especial, si estuviera hastiada de las opciones de siempre, y quisiera realmente un cambio, pero no supiera qué hacer al respecto, al menos, por muy cortito que fuera el ciudadano de a pie, sabría qué no hacer al respecto, es decir, lo mismo de siempre. Así que tu argumento, indignado (y posible perroflauta), no se sostiene.

Ojo, no estoy diciendo que la gente en España sea feliz y que no haya problemas, sino que la mayoría de la gente está bastante satisfecha con el sistema que tenemos. Aplicando el principio de la Navaja de Ockam, ésa es la interpretación más verosímil, puesto que es la más simple. Vamos, o es eso, o es que España está llena de tontos, pero esta alternativa no me gusta, porque no quiero pensar que vivo en un país donde la mayoría es tonta. Sería bastante desesperanzador y  estaría insultando a mucha gente, y además sería tremendamente pretencioso por mi parte. Así que parto de la premisa de que la gran mayoría de la gente es plenamente consciente de lo que hace o escoge a nivel político, lo que se traduce en una estabilidad del sistema. Unas veces el PP, otras el PSOE, pero todos sabemos que esta dualidad es la que mantiene las cosas como están, y como la mayoría les seguimos votando, pues es la señal inequívoca de que la democracia, en el sentido estricto de la palabra, está en pleno funcionamiento en España.

Lo contrario de democracia es precisamente lo que quieren los indignados éstos, que, llegando a un millón como mucho en todo el país y en el momento en que más gente salió a la calle, quieren que se implanten nuevas medidas, al margen de lo que quiere el  resto de la población, que es el sistema que actualmente tenemos. 

Eso no es democracia, sino una especie de mesianismo social como diciendo "esto lo arreglamos nosotros, que somos los que llevamos razón, el resto de la gente son unos borregos inconscientes". Hombre, por favor. Dejadnos en paz, malditos indignados. Dejad de cortar el tráfico, que llego tarde al trabajo, joder que, como si fuera poco el caos circulatorio que hay en Madrid, vosotros ahora cortando más calles y jodiendo al prójimo, que nada tiene que ver con vuestras propuestas y protestas. ¿Acaso no veis lo que pasa en las urnas? Pues ya está, que sois sólo cuatro y no nos representáis. Para eso tenemos a los partidos políticos, los verdaderos instrumentos de participación democrática, los que la mayoría votamos. ¿A vosotros os ha votado alguien? ¿Os ha votado la mayoría? No. Pues entonces a callar ya y dejad de molestar, hombre, a ver qué impresión le vamos a dar al Papa cuando venga.

Democracia real es la que hay en las urnas. Cuando seáis mayoría allí, entonces hablaremos.