Lord Acton fue un historiador británico que acuñó una frase que se ha hecho muy famosa y que viene como anillo al dedo a la situación que estamos viviendo actualmente y que, a través de la deducción lógica, ofrece la solución al problema. La frase es la siguiente:
"El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente."
Es cierto que todos tenemos poder para elegir a quien hace las cosas en nuestro nombre, pero una vez elegidos, esos señores tienen un cheque en blanco durante cuatro años, un poder prácticamente absoluto que, para el que se pare a pensar en la esencia de la naturaleza humana (parece que Lord Acton lo hizo), será el caldo de cultivo ideal para que el político electo se corrompa (si es que no lo estaba ya) y se aproveche de su status privilegiado.
Recortes en servicios públicos básicos, pero para los bancos todo. |
La frase es de una realidad matemática, pero por pura lógica, da a entender cuál es la solución a esa lacra del sistema: repartir el poder. Cuanto más repartido esté, mejor. Y en este sentido ya hay formaciones políticas que incorporan a su programa electoral la democracia participativa o incluso la directa, y aún más, existen partidos políticos cuya existencia se basa exclusivamente en este principio. Estamos ante una nueva generación de políticos que no interesan a los que están arriba, porque serán unos meros ejecutores de la voluntad del pueblo en tiempo real, que será el que verdaderamente tenga el poder, repartido a partes iguales entre toda la población.
No habría ni derechas ni izquierdas, ya no tendrían sentido.
Sencillamente, la gente participaría en la toma de las decisiones que consideren oportunas, empezando por limitar los sueldos y la austeridad de los cargos electos, el endurecimiento de las penas por corrupción, no prestar un euro más a los bancos, una fiscalidad proporcional, servicios públicos básicos gratuitos y de calidad, una legislación laboral que cree empleo estable y digno, libertad de expresión, de reunión y de uso del espacio público de manera pacífica, etc. etc. etc.
Qué bonito... Luego despierto, y me encuentro en el país donde la mayoría está compuesta por los que han votado al PPSOE y los que se han quedado en su casa excusando su abstención con un "yo no creo en los políticos". Y pienso... ¿democracia participativa? ¿pero estoy tonto o qué?