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lunes, 20 de febrero de 2023

Curso de Manipulación Periodística. Hoy: "Las comillas"

Muy buenas tardes y bienvenidos todos a esta nueva edición del Curso de Manipulación Periodística (CMP). Hoy nos centraremos en un humilde e infravalorado recurso, pero muy potente a nivel subconsciente. Las comillas: "".

Pongamos que se está dando una situación socialmente alarmante la cual ha sido provocada por amigos, socios o simpatizantes de los dueños del periódico que te ha contratado. La situación que es noticia resulta tan escandalosa que mantener el silencio no es una opción, y te han encargado que redactes la noticia empezando por un buen titular.

Tu misión, si decides aceptarla, será conseguir que el lector desconfíe de la gravedad o autenticidad de la situación sobre la que trata la noticia, y que esa alarma y supuesta gravedad no son más que exageraciones de gente de izquierdas. ¿Cómo lo harías? Nuestras amigas "las comillas" acuden al rescate para "relativizarlo" todo. En este punto, hay que decir que las comillas son un recuerso muy versátil y polivalente, con distintos usos según el contexto, todos tan útiles como sutiles.

Siguiendo con nuestro ejemplo anterior, analicemos los titulares propuestos en relación a la situación de atención hospitalaria en el sevillano Hospital de Valme.

Observa con atención cómo el entrecomillado, en este contexto, viene a decir algo así como "esto de la saturación es una exageración de estos sindicatos de rojos que siempre andan con la misma monserga, no te creas una palabra, seguramente están presionando para obtener un aumento en sus subvenciones". Fíjate como en sus entradillas también entrecomillan palabras como "hacinamiento" o "colapso". Es un poco como decir "no lo decimos nosotros, no tenemos ni puta idea de si es cierto o no, solo reproducimos con exactitud lo que han dicho los sindicatos".

¿No resulta sorprendente? Con unas simples comillas en el titular puedes, de manera sutil, sugerir una interpretación prefabricada para que el lector no se tome en serio el supuesto "colapso" del hospital en cuestión y tampoco tenga que tomarse el trabajo de leerse el resto de la noticia, y ni mucho menos contrastarla. ¡Cómo cambiaría el sentido del titular si esas comillas no estuvieran! Parecería un artículo protesta, propio de Mundo Obrero, Público, o elDiario.es. Afortunadamente, nuestras amigas, las humildes comillas, vienen a nuestro rescate para maquillar la más cruda realidad y mantener a la población, al menos la mayoría, dentro del redil de los poderosos y escéptica frente a cualquier información proveniente de la izquierda.

En resumidas cuentas, el trabajo de periodista no consiste en, por ejemplo en esta noticia, ir al Hospital y comprobar de primera mano si existe tal colapso. En este caso se trata de contar lo que han dicho los malos entrecomillando aquellas situaciones que la Dirección del periódico quiera presentar como exageradas o irreales. De esta manera, los lectores desconfiarán de lo que cuenta la izquierda en general y seguirá creyendo que los políticos al servicio del dinero (y los empresarios que los controlan y financian) mantienen la sociedad dentro de los límites de lo aceptable.

martes, 4 de septiembre de 2018

Soy un loco paranóico

Definitivamente, si no me he vuelto loco poco me falta. Se me ha metido en la mollera la estúpida idea de que los superricos se han aliado y han diseñado una estrategia para, en unas pocas generaciones, acabar con el resto de la gente: los pobres, los casi pobres, la clase obrera, la clase media... los que no son superricos, vamos, y quedarse con el planeta para ellos solos. Si no acabar con todos, al menos sí con la mayoría, haciendo que sólo sobrevivan los más fuertes que, en este mundo, significa los que posean más riqueza, en una especie de ejecución de la teoría del Darwinismo social.

Todo vino de una frase que dijo un tal Warren Buffett (que en su casa lo conocerán) que decía algo así como "Hay una lucha de clases, de acuerdo, pero es mi clase, la de los ricos, la que está haciendo la guerra, y vamos ganando."

Un tío que no conoce nadie suelta una estupidez así en un panfleto de idioteces para bobos, y a mí se me ocurre montarme toda una puta película en mi desquiciado cerebro sobre una superconspiración para acabar con la mayor parte de la humanidad porque a estos superricos les jode la idea de compartir el planeta con el resto de la paupérrima población mundial.

Y todo porque esa supuesta frase, como un germen contagioso, ha empezado a crear un par de ideas (por ahora) igualmente absurdas, si no la superan. A saber:

- Que si los superricos son conscientes del cambio climático y que se debe, en líneas generales, a que somos demasiados soltando basura y contaminación al medio ambiente, por lo que aquí sobra bastante gente, por no decir la mayoría.
- Que si, a este ritmo de crecimiento, en pocas décadas llegaremos a los 10.000 millones de personas, y que ese crecimiento es exponencial y virtualmente infinito, pero estamos en un planeta finito con recursos limitados que ya está dando claros síntomas de estar hasta los huevos (u ovarios, que dicen que la Tierra es madre de la vida y se llama Gaia), por lo que se impone una urgente purga poblacional.

Y claro, ya tenemos el móvil de la maldita guerra supersecreta que han montado los superricos para desahacerse de nosotros y, matando dos pájaros de un tiro, incrementar aún más sus beneficios en el proceso. ¿Cómo? Pues si no teníais claro lo loco y paranoide que estoy, ahora no os va a caber ninguna duda. Aquí tenéis la lista de ideas que, en plan obsesivo, han asaltado mi calenturienta mente para "explicar" cómo los superricos están acabando con nosotros en pocas generaciones.

- Industria alimentaria. Un pilar de un sector muy importante de las grandes corporaciones. Están intentando hacer comida cada vez más sabrosa, cada vez más barata y más perjudicial para nuestra salud. El veneno ideal. Sobre todo por lo sabrosa y barata porque picamos el anzuelo como bobos y cada vez comemos más alimentos procesados, que son más baratos y fáciles y rápidos de comer, y que poco a poco nos van minando la salud, provocando problemas cardíacos, de sobrepeso, diabetes o incluso algunos tipos de cánceres. De paso, ellos se forran. Menuda estupidez.

- Mercado laboral. Resulta que la la crisis económica no es algo que nos haya pasado sino que ha sido el gran engaño para convertir empleo digno con el que podías comprarte una casa y formar una familia de varios hijos y mandarlos a la universidad en empleo basura y que, tras casi un siglo, vuelva a haber gente con trabajo que no sale de pobre (pobre de verdad) y no puede comprarse una casa y, ni mucho menos, plantearse traer hijos a este superpoblado y sobreexplotado mundo. Con la excusa de ser cada vez más competitivos, nos obligan poco a poco a echar cada vez más horas cobrando menos (o cobrando lo mismo, mientras los precios suben como putos cohetes), lo que aumenta drásticamente sus beneficios y, por otro lado, nos provoca más estrés y problemas de salud y nos impide disponer de tiempo y dinero para hacer otras cosas, como por ejemplo, hacer deporte y cuidarse, descansar, informarnos y poder contrastar esa información, poder tener un hogar propio o plantearse un proyecto de familia con hijos. De esta manera, haciendo que dispongamos de menos tiempo y, sobre todo, dinero, nos impiden algo muy importante en las siguientes generaciones: reproducirnos, con lo que en poco menos de un siglo conseguirán que la población de pobres haya descendido drásticamente y, en definitiva, la población global. ¿No os parece una idea demencial? Menuda paranoia tengo en lo alto.

- Educación. Esta es la carambola conspiranoica que se me ha colado dentro del cráneo: como los superricos están muy ligados a los políticos y los influencian para que gobiernen y legislen según sus intereses (aunque es algo que no tiene ningún fundamento, el concepto ya existe como plutocracia), los manejan para empobrecer la educación pública, recortando gastos y socavando poco a poco su sistema educativo. "¿Y para qué harían eso, loco imbécil?" os estaréis preguntando. Ojo a las justificaciones y explicaciones que inventa mi mente: para que la gente que no puede costearse una buena educación sea cada vez menos crítica con el sistema y menos consciente de realidades como esta. Que sea incapaz de relacionar la situación económica, política, social, medioambiental y que, apesebrados, se vayan muriendo quejándose poco o, como mucho, quejándose de los otros aún más pobres que ellos que vienen a "robarle" su puto mendrugo de pan. ¿Creéis que aquí terminan mis delirios? Pues no.

- Sanidad. Pues algo parecido a la educación: recortes en la sanidad pública a través de las influencias en el sistema político para empeorar cada vez más la eficacia del sistema sanitario público (al que podemos acceder los pobres) y sean menos capaces de salvarnos la vida o hacer que vivamos más tiempo. Es decir, dinamitar el sistema sanitario público para que nos muramos cuanto antes mejor, porque lo de matarnos directamente podría hacer saltar la liebre (menos en países como Yemen, Siria, Pakistán u otros países en África, ahí le da igual a la opinión pública). No nos olvidemos de la industria farmacéutica a la que no solo le conviene guardar en un cajón bajo llave aquellos medicamentos que curan permanentemente para que duremos menos, sino porque un enfermo curado es un cliente menos, por lo que dan vía libre a los medicamentos que no curan pero van sobrellevando nuestros males hasta que no aguantamos más y nos vamos a echar la gran siesta al patio de los callados.

- Desarollo de la IA. Se están invirtiendo miles de millones de dólares en desarrollar la Inteligencia Artificial y crear sistemas autónomos para hacer absolutamente de todo. Ya hay centros logísticos de Amazon en la que una gran parte del trabajo está prácticamente automatizado y las necesidades de trabajadores humanos son mínimas. En China han avanzado en esa misma línea dejando atrás a Amazon, incluso Noruega ha firmado un acuerdo para usar robots en su servicio postal y no debemos olvidarnos de los coches y camiones autónomos, que mandarán al paro a miles de camioneros y taxistas. Es una tendencia que empieza por combinar humanos y robots dentro de almacenes, fábricas, servicios e incluso la producción agrícola para, poco a poco, ir introduciendo más robots y contratando menos trabajadores humanos. En la revolución industrial ya se vio parte del inicio de este proceso, afianzándose en el siglo XX con la revolución tecnológica. A poco de entrar en la tercera década del s. XXI, la tendencia de robotización del trabajo resulta más que evidente. Y es una tendencia que afecta directamente al empleo (a menos que nos convirtamos todos en técnicos en robótica), más allá de políticas laborales de uno u otro partido. Esto hará que cada vez más gente no tenga un sitio en el que trabajar y ganarse el sustento porque las máquinas lo harán más barato, más rápido y mejor. Otra forma más de hacer que nos muramos nosotros solos, que es más sutil y políticamente correcto que matarnos de una bomba o un tiro en la sien.

- Epidemias. Gripe A, ébola, sida, tuberculosis... A este saco de fantasías e ideas sin fundamento que tengo por cabeza le ha dado por imaginar que muchas de las pandemias de las últimas décadas son ensayos de laboratorio para una futura epidemia global (o varias, que es que somos muchos) que acabe con una gran parte de la humanidad, a ser posible, pobres. Pueden ser enfermedades nuevas pero también otras versiones de las ya controladas. De repente se me viene a la mente algún tipo de pandemia cuya vacuna sea bastante cara, lo que haría de filtro para llevarse por delante a todo aquel que no pueda pagarla.  El caso es ir aligerando el planeta de gente como sea, pero sin dejar rastro. Pero claro, antes de sacar una superepidemia de los laboratorios que ellos manejan, tendrán que acabar con los sistemas sanitarios públicos para que los pobres no podamos hacer frente a ella y sean los superricos los que sobrevivan.

Menuda película me he montado yo sólo. Una estrategia, un supuesto plan maestro con distintas y paralelas líneas de actuación con el propósito de controlar la sobreexplotación del planeta exterminando a gran parte de la humanidad, empezando por los más pobres, y además lucrarse en el proceso. Y todo por la frase de un desgraciado sin credibilidad alguna. Para colmo, el otro día leo este relato corto y fue como gasolina de alto octanaje para mis delirantes fantasías. Un cuento que fantasea sobre una hipotética entrevista entre un gurú de la tecnología, la sociedad y la ciencia con un grupo de estos superricos en el que le plantean sus dudas acerca de cómo actuar y protegerse ante la inminencia de "El evento". La forma de llamar al momento en el que mundo se va a la mierda tiene traca. Parece un rollo película de Hollywood. A mi cabeza no le hicieron falta demasiados datos ni mucho menos contrastados para tragarse aquella bola de combustible paranoide y avivar aún más el incendio de mis lucubraciones conspiranoicas.

Y, en mis fantasías ¿los superricos actúan solos sin coordinación entre ellos o han formado una superalianza para dirigir todo este plan maestro hacia la victoria final? Pues un paranoico enfermo como yo ve gigantes donde hay molinos o donde ni siquiera hay nada. En cualquier noticia... qué coño noticia, un simple tweet y ya sigo con mi particular serie de ciencia ficción en la que los superricos se confabulan entre sí desde los consejos de administración de las grandes corporaciones y conspiran contra nosotros.

Así que sí, estoy loco. Pero eso no quiere decir que no tenga razón.

viernes, 12 de mayo de 2017

Carta a nuestros mayores

A vosotros, nuestros mayores, todo mi agradecimiento. Nos habéis criado, educado, habéis trabajado muy duro durante toda la vida para que no nos faltara de nada, nos habéis acompañado y guiado en el camino desde la niñez a la madurez, a algunos afortunados incluso más allá. Nunca os lo podremos compensar lo suficiente.

Vuestra experiencia os ha otorgado la sabiduría de las cosas más cercanas de la vida: la familia, la amistad, la salud, el trabajo... el paso de los años os ha convertido en maestros de todo lo que compone nuestra vida cotidiana y los niños, los jóvenes y los no tan jóvenes tenemos mucho que seguir aprendiendo de vosotros. Sois uno de los mejores valores de nuestra sociedad y todos os debemos estar eternamente agradecidos.

Durante vuestra vida habéis visto muchas cosas, lo que os proporciona un punto de vista sólido y es lo que os ha ayudado a formar vuestra opinión sobre las cosas, tanto las más cercanas como las que nos afectan a todos.

Pero me vais a permitir que, con todo el cariño y el respeto del mundo, os diga que no lo sabéis todo. Muchos de vosotros os habéis sacrificado trabajando desde muy jóvenes para sacar vuestra familia adelante, lo que os honra infinitamente porque habéis pagado el precio de renunciar a una formación educativa esencial para entender cómo está organizada la sociedad y cómo hemos llegado hasta aquí. Y el pasado 20 de diciembre la sociedad a la que tanto habéis ayudado ha sido condenada a ahondar en el abismo otros cuatro años más.

Entiendo vuestro punto de vista. Siempre habéis votado al PP... o al PSOE, y ya no tenéis edad de cambiar a estas alturas. Pero el daño que le hacéis a España volviendo a votar a estos corruptos tendrá consecuencias nefastas durante muchas décadas, quizás siglos si tenemos en cuenta las políticas medioambientales de estos dos partidos.

El voto es un derecho de toda persona, pero ejercer ese derecho de manera responsable también es un deber. Nos habéis enseñado a valorar todas las circunstancias antes de tomar una decisión, a informarnos bien, a ser desconfiados de lo que nos dice uno y otro, a comparar, a contrastar... ¿por qué no lo hacéis vosotros cuando votáis? ¿por qué aceptáis como verdades absolutas lo que cuentan las televisiones, bien en manos del Gobierno o bien en manos de grupos mediáticos con oscuros intereses financieros?

Seguramente muchos confundáis vuestra sabiduría en las cosas cercanas con saber qué sucede en el mundo, pero ¿cuántos de vosotros sabríais decir en cuánto ha aumentado la deuda pública española en estos 4 años y cuánto debemos ahora? ¿cuántos de vosotros habéis visto cuál ha sido la evolución de la hucha de las pensiones en estos últimos años? ¿cuántos sabéis cómo se reparten los escaños en el Congreso o cómo se reparten las competencias las distintas administraciones? ¿cuántos de vosotros habéis leído esa Constitución que un día aprobasteis? ¿qué opinión os merece el TTIP, las políticas neoliberales, el aumento de la desigualdad, la dación en pago o la auditoría de las eléctricas? ¿cuántos de vosotros realizáis el seguimiento de lo que apoyan o rechazan en el Congreso los partidos a los que votáis? ¿cuántos lo entendéis? Es triste y revelador comprobar cómo el porcentaje de votos al PP y al PSOE crece a medida que sube la edad y baja el nivel formativo. ¿Qué conclusión sacáis al respecto? 

Se puede llegar a entender que hayáis estado haciendo lo mismo toda la vida y que, en cierta manera y a algunos más que otros, así os haya ido bien. Que mejor es un "virgencita, que me quede como estoy" que probar, a estas alturas de la vida, a votar a otros porque "total, si todos son iguales". Se entiende perfectamente que penséis "Al menos con éstos me llega la pensión, quién sabe con los otros". Pero lo que resulta evidente es que las cosas no dejan empeorar y, a este paso, es muy probable que la mayoría vea reducirse su pensión de aquí a pocos años ( ¿Realmente queremos seguir estando cuesta abajo? Y así hasta cuando, ¿hasta que os toque a vosotros recortaros las barbas? ¿o a alguno de vuestros hijos o nietos? Realmente es muy triste pensar que es preferible vivir en la ignorancia, con la esperanza de morirnos antes que nos llegue la miseria que han provocado los recortes, la corrupción y la pésima gestión de nuestros gobernantes a los que, en especial, vosotros habéis apoyado porque sin vosotros, no estarían donde están... ni habrían hecho lo que han hecho.

Por eso ya va siendo hora de dejar de echarle la culpa a los políticos de nuestros males, porque la responsabilidad de lo que hacen los que gobiernan recae en aquellos que les votan, y en especial, los que lo hacen repetidamente porque ya se sienten demasiado mayores para cambiar.

martes, 23 de agosto de 2016

La cosa no tiene arreglo

Te levantas un día y te das cuenta de que la cosa no tiene arreglo. El sentimiento hay ido calando, poco a poco, entremetiéndose en tus pensamientos, torpe, lenta pero inexorablemente, porque los virajes de rumbo siempre son costosos y pesados, y más cuando uno ya empieza a pintar alguna cana entre los cuatro pelos que le van quedando y viene de posturas ideológicas asumidas como fortalezas inexpugnables. Pero la realidad golpea duramente las conciencias, y que uno sea fiel a sí mismo no implica que tenga que serle infiel a la realidad que percibe a través de sus sentidos y a la que medita, con calma y los menos prejuicios posibles, en sus elucubraciones sobre lo político, lo humano, lo económico...

Y es el goteo de esas noticias, que a veces saltan a primera plana y otras veces hay que escarbar para encontrar, el que espolea nuestras mentes en ese camino de continua reflexión. Una reflexión que nos enseña la necesaria humildad para reconocer que lo que uno daba por seguro al 100% ayer, hoy no apostamos siquiera por un 60%. Que lo que creíamos que era un avance, un camino para salir del atolladero éste en el que andamos metidos, no es más que otro callejón sin salida al que nos invitaron a entrar, pero que pinta muy muy mal.

Enviaba yo el otro día a Meneame una noticia sobre el despiece del sistema público griego. El gobierno de Alexis Tsipras privatizaba el puerto del Pireo y el sistema público de ferrocarriles. Esto último (los trenes) por 45 millones de euros. En 2013 su propio ministro de economía señalaba la valoración del anterior gobierno conservador en 300 millones de euros una cifra "provocativamente baja". Lo que cambia el panorama, amigos.

Hoy Syriza, en el gobierno griego, se ha convertido en el brazo ejecutor de la Troika. Todo aquello cuanto prometían, no tengo dudas de que con la mejor intención, se ha visto desvanecido, traicionado, mediante la batería de medidas, reformas y recortes que la Troika les ha impuesto bajo amenaza de echarles el cerrojo a los cajeros automáticos, las fronteras y los mercados. "O haces todo lo que yo te digo o dejo de financiarte", por lo que Tsipras se ha visto en la amarga tesitura entre escoger una muerte lenta o una muerte rápida para su país. Y ha optado por la lenta.

El caso de Grecia es el ejemplo más clarificador para entender cómo han montado el chiringuito estos de arriba, es decir, los poderosos. Y para no movernos en términos ambiguos, con "los poderosos" me refiero a los políticos, presidentes de bancos, de fondos financieros, consultoras de prestigio, etc. etc. En resumidas cuentas, los que tienen la pasta gorda y aquellos que les apoyan desde las administraciones.

Llegado este punto, confieso que resulta un poco lioso exponer de manera breve y simple las principales partes del tinglado este y de por qué no tiene arreglo, pero intentaré organizarme para explicarlo de la manera más fácil posible.

El ejemplo de Grecia me ha servido para darme cuenta de lo bien que lo tienen montado estos cabrones. La cosa funciona así.

Ellos controlan los medios de información con más alcance, bien de manera directa (siendo propietarios) o bien de manera indirecta, en el sentido de que pueden financiar o contratar publicidad a estos medios para ejercer su influencia en la línea editorial, y así convertir a esos medios de información, directamente, en medios en desinformación, lanzando la propaganda que más beneficie a sus intereses. Es decir, la televisión, la radio y los principales periódicos de tirada nacional están todos controlados y dirigidos a mantener a la población entretenida con sandeces y desinformada con mentiras y ocultaciones intencionadas para mantener las cosas como están y que no se rebelen ante la maquiavélica estrategia de estas élites de poder.

Debido al efecto apaciguador de masas que ejercen los grandes medios de difusión, la mayoría de la gente no sólo no protesta ante políticas que favorecen recortes del gasto social, privatizaciones, aumento de la deuda, recortes de derechos laborales, etc., sino que directamente los defiende, alcanzando su máximo exponente en concentrar los ataques ante otras alternativas políticas que puedan suponer una amenaza para las prácticas que llevan a cabo ese conglomerado de políticos y ricos que llamamos "los poderosos".

El efecto que se pretende alcanzar con dicha estrategia es el aumento de la brecha entre los pobres y los ricos, eliminando poco a poco la clase media, y haciendo que los ricos (esos que tienen 50 millones de dólares o más) sean cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres, y éstos a su vez, en su mayoría, sean inconscientes de lo que sucede, e incluso muchos de ellos se conviertan en acérrimos defensores del "Sistema". Viendo cómo avanza este proceso, no resulta difícil imaginar que el objetivo final es una sociedad de ciudadanos que sobreviven como pueden en condiciones de semiesclavitud controlada por una élite minoritaria y superrica. El neoliberalismo alcanzará su culmen cuando los individuos sean tan "libres" como para poder vender legalmente cualquiera de sus derechos.

Para asegurar que ningún país se salga del redil neoliberal, y con la excusa de que hay que financiar los servicios públicos, han llevado (y continúan en ello) el tema de la deuda pública hasta un nivel que se puede calificar, sin ningún tipo de paliativo, como de impagable en muchos países, España entre ellos. Así, mientras haya gobiernos que sean de la cuerda de los poderosos, la línea de crédito se mantiene y la deuda pública crece. La gente no echa cuenta de eso y sigue votando a los mismos. ¿Qué pasa cuando un país entero se da cuenta de esta estafa y quiere arreglar su situación votando a un partido que quiera arreglar las cosas luchando por el pueblo en contra de los intereses de los superricos? Que éstos usan su poder e influencias para presionar al nuevo gobierno exigiendo el pago de la deuda por encima de cualquier otra cosa, y amenazando con suspender la línea de crédito para obligar a cualquier gobierno a ejecutar sus planes de recorte del gasto público en aquellas partidas que a ellos les interesan: privatizaciones, bajada de salarios y pensiones, recortes en sanidad y educación, flexibilización de las condiciones de despido, aumento de la edad de jubilación, etc. Con estas medidas, estos poderosos no hacen otra cosa que engordar sus ya abultadas cuentas, ahondando en la ya profunda brecha entre ricos y pobres.

Que la deuda tenía que crecer para tener al pueblo esclavizado y controlado resultaba perfectamente compatible con el despilfarro de dinero público en temas como el rescate bancario, las obras civiles y los servicios públicos con sobrecostes y mordidas, el excesivo número de políticos con sueldos descontrolados, la corrupción generalizada, etc. El montaje de este tinglado, o mejor dicho, estafa, ha premiado la mala gestión del dinero público porque cuanto más se gastara más engordaba la deuda, y más fuertes serían las cadenas con las que bancos y fondos financieros tendrían apresados a los países, por si llegaba el tan temido momento por los poderosos en que un gobierno del pueblo y para el pueblo entrara en acción.

Y lo que es más. Los superricos (sus conglomerados empresariales, fondos financieros, bancos, etc.) usan toda su influencia para manipular la información desinformando al pueblo ya que controlan los medios de información tradicionales: prensa, radio, televisión, etc. De esta manera, pueden fabricar la información que les llega a los ciudadanos y así hacer que piensen lo que a ellos les interesa, convirtiendo a una gran parte de la población en zombis sin espíritu crítico que defenderán a muerte los ideales de esta élite de superricos o, como mínimo, atacarán con una descontrolada visceralidad a todo aquel que represente una amenaza para sus intereses.

Es lo que vemos que ha pasado en Grecia, y lo que seguramente pasaría en el improbable caso de que España fuera gobernada por un partido como Podemos o cualquier otro que pueda surgir en el futuro.

De esta manera, y como ya ha pasado en Grecia, la ruina llamada deuda pública que se ha ido gestando durante décadas eclosiona en una tempestad de corralitos bancarios y amenazas resumidas en un "os cerramos el grifo y os morís de hambre" que baja del burro a cualquier idealista que haya puesto su ilusión en un modelo de cambio, a la vez que arenga a aquellos prosistema a proclamar a los cuatro vientos que la culpa de todo es del partido político que recién ha llegado al gobierno. El símil que creo que mejor se adapta es el de uno (gobierno neoliberal) que tiene un globo (deuda) y lo va inflando, hasta que se lo quita otro (gobierno para el pueblo). Entonces el que se queda sin globo lo pincha con un alfiler (bancos acreedores de deuda pública) mientras le dice a todos "¿veis? ¡éste tiene la culpa de que el globo haya pinchado porque lo tenía él en su poder!". Lo más preocupante es que aunque no haya quien pueda arrebatarle el globo al primero y no haya alfiler, la capacidad de dilatación del globo es limitada, y llegará un momento en el que... ¡PLOP!

Bajo mi punto de vista, los ciudadanos que con su voto han apoyado a estos gobiernos que han ido esquilmando las arcas públicas y haciéndonos cada vez más dependientes de fondos e intereses privados son los verdaderos responsables de lo que sucede y lo que se nos viene encima. Lo injusto de este mundo es que la factura la están pagando tanto los justos como los pecadores.

Algunos tienen la firme convicción de que la unión de varios países con gobiernos de cambio permitirá a los pueblos echarles un pulso en igualdad de condiciones a los poderosos, invertir su estrategia, democratizar las instituciones, promover políticas que favorezcan una mayor redistribución de la riqueza y poner en marcha mecanismos pare revitalizar la economía productiva e implantar la justicia social. 

Yo apuesto por que ni aun así.

lunes, 8 de febrero de 2016

Democracia, pese a todo

Título muermo donde los haya. Seguro que habrá espantao a más de uno pensando que me dispongo a largar otro tocho infumable sobre derechos sociales, democracia, política, etc. Una sesuda reflexión, con numerosas referencias literarias y periodísticas, que desgrane la ineludible necesidad de evolucionar en nuestro sistema democrático y bla bla bla. Pero no voy a hablar de eso. No.

El próximo domingo este blog cumple diez años. Llevo con el dominio puesto en venta desde antes que comenzara la crisis, y todavía no he recibido una puta oferta. Cada año, religiosamente, pago la cuota de renovación y de vez en cuando publico algo que ni mis conocidos leen, salvo la opinión sobre Costco, que en mala hora se me ocurrió meterme en aquel berengenal porque he recibido todo tipo de insultos y descalificaciones vía comentarios (muchos de ellos directamente a la papelera).

¿Y qué he sacado yo de esto en diez años? Pues sencillamente nada, y ya va siendo hora de que esto cambie, así que aprovechando que no me lee nadie, voy a escribir sobre las mierdas entre las que me debato interiormente, y que ya, si todavía continúas leyendo, te puedes saltar porque de seguro que te aburrirán tremendamente. Pero oye, algún beneficio tendré que sacarle a esto, aunque sea psicoterapéutico, o para aclararme las dudas y dilemas que tengo, que no es moco de pavo.

Y uno de esos dilemas es el siguiente... Por un lado, soy muy demócrata y democracia ante todo y patatín patatán. Democracia directa, democracia participativa, que el pueblo elija, que el pueblo decida en tiempo real sobre su futuro, que participe en la elaboración y aprobación de nuestras normas, y un partido que avance en el camino de desarrollar todo tipo de procedimientos para dar cada vez más margen de participación al pueblo, especialmente aprovechando el desarrollo de las comunicaciones y las nuevas tecnologías, cosa que nunca antes había existido. Nos encontramos en un momento histórico para hacer un tipo de política nunca vista hasta ahora, más allá de las derechas y las izquierdas, para empezar a construirla, poco a poco, e ir ampliando parcelas para esa verdadera democracia en la que todos podamos tener voz y voto sobre las cuestiones que nos afectan a todos como sociedad.

Y por otro lado... Pienso en los resultados electorales y lo primero que se me viene a la cabeza es que la mayoría de la gente en este país es idiota. Y teniendo en cuenta estas dos cuestiones, la pregunta es clara ¿por qué queremos más democracia cuando la mayoría de los ciudadanos ha demostrado que no está preparada para poder decidir sobre su futuro?

Esta pregunta pone de manifiesto una evidente contradicción sobre la que apenas he querido pasar, en mis pensamientos, porque me suponía un problema que no podía resolver. Compatibilizar mi tendencia a una sociedad más democrática, más independiente de partidos de uno u otro signo, más independiente de los grupos de poder económico y, presumiblemente, más justa y ecuánime.

Luego, pensando sobre mi conclusión sobre el nivel de inteligencia de la mayoría ciudadana, y volviendo a sopesar, en un ejercicio de empatía, los factores que a esa mayoría le puede llevar a votar a partidos corruptos que se están cargando España, se me ocurre que quizás ese bajo nivel de comprensión no sea la única de las causas, sino que quizás el miedo a los cambios, la irresponsabilidad, el egoísmo, incluso el qué dirán, pueden ser otros de los ingredientes que, en mayor o menor medida, se mezclen para cocinar este amargo pastel que supone el triunfo de los partidos de "toda la vida".

Y trato de imaginar fórmulas, aunque apunten a utopías cuajadas de tecnología y responsabilidad ciudadana y aunque se distancien de nosotros en varias generaciones, hasta que me doy cuenta de que la principal diferencia que marca la frontera entre las políticas posibles actualmente y las pretéritas constituye, a la vez, un excelente filtro para quitar la morralla intelectual, y toda la caterba de dinosaurios analfabetos que lastran el progreso de nuestro país en este recién estrenado tercer milenio.

Las nuevas tecnologías se han convertido en incomprensibles para una gran mayoría de ciudadanos que, bien por su edad, o bien por su escasa capacidad de adaptación intelectual a las nuevas circunstancias, no es capaz de utilizarlas en el ejercicio de sus derechos de voto. Pues la cosa es bien simple (y compleja a la vez, pero apasionante). Implantemos mecanismos de ejercicio de la voluntad democrática utilizando estas nuevas tecnologías, que constituirán una excelente barrera que nos librará de la influencia que personas que no se enteran la misa la media pueden tener en el conjunto de la sociedad.

De manera progresiva se pueden establecer procedimientos para que, cada vez en más materias, los ciudadanos puedan votar a favor o en contra utilizando los mecanismos de autentificación telemática que ya existen. Se pueden establecer incluso mecanismos de filtrado para que aquel que quiera votar, por ejemplo, la aprobación de una ley, no solo necesite saber utilizar el navegador con su correspondiente certificado digital o DNI electrónico, sino que tenga que responder a un test básico de cuestiones sobre la ley sobre la que quiere votar. Sí. No es un sistema perfecto, pero es mucho mejor que lo que tenemos ahora, y sobre todo más democrático. Y no me imagino yo a la mayoría de los jubilados utilizando este sistema y, por tanto, influenciando con su irresponsable voto el destino de este país.

Por supuesto, cualquier sistema de participación ciudadana directa se puede combinar perfectamente con la democracia representativa, utilizando fórmulas como por ejemplo la de Democracia 4.0, propuesta por el diputado andaluz Juan I. Moreno Yagüe, y como cabe esperar, este avance en la ampliación progresiva de las materias en las que la ciudadanía pueda participar de forma directa ha de tomarse como un largo camino, que quizás se prolongue durante décadas, pero es ése el camino, y no otro, el que nos hará independizarnos definitivamente de la partitocracia reinante en este país y, sobre todo, de la enorme irresponsabilidad que supone el ejercicio del derecho a voto por parte de ciudadanos con antojeras que les impiden ver la corrupción y la realidad social y económica de este país.

martes, 12 de enero de 2016

Carta abierta a los grandes empresarios españoles

Muy señores míos.

La desgracia ha azotado cruel e incansablemente nuestro país (vaya forma de empezar una carta) fundamentalmente a través del paro. El paro. Ese horrible mal que condena a millones de españoles a la necesidad, cuando no a la pobreza, y que lastra el desarrollo de nuestro país, relegándolo a un mero comparsa de los poderes extranjeros (sean europeos, americanos, chinos o vayan ustedes a saber).

Muchos políticos, economistas, periodistas y analistas de toda índole debaten, a veces acaloradamente, sobre cuál puede ser la solución a un problema de tal magnitud. Algunos, como poseídos por don Perogrullo, repiten incansablemente el mismo mantra: "Hay que crear empleo, hay que crear empleo...". Tóquense los cojones ¡pues claro que hay que crearlo! Pero ¿cómo? Y ésta es la cuestión que quiero abordar en este llamamiento a una profunda reflexión.

Ustedes, como grandres empresarios, constituyen pilares fundamentales de la base económica, laboral e incluso social de este país. Con su esfuerzo por mejorar la competitividad, aúpan el PIB para que en las cifras macroeconómicas nuestro país tire hacia arriba, y la imagen de España en el extranjero sea, al menos, un poquito menos mala. Y es a ustedes a los que me dirijo para pedirles un esfuerzo más, porque ustedes tienen el poder suficiente para volver a hacer de España un sentimiento que lucir con orgullo en todo el mundo, incluso en el terreno de la economía.

En su afán por mejorar la competitividad, han llevado a cabo estrategias de deslocalización de la producción, esto es, han cerrado fábricas situadas en nuestro territorio, debido a que la mejora de los transportes y las comunicaciones, unido a la industrialización de otros países en vías de desarrollo, les han permitido fabricar o producir los bienes en esos países a un coste menor que si los produjeran en España. Quien dice producir, dice comprar.

Cuando ustedes fabrican o compran los productos a países donde su coste es más barato que en España, aumentan la productividad reduciendo costes, lo que repercute en un mayor beneficio económico para ustedes y una mayor solidez para sus empresas.

Este fenómeno, aumentado progresivamente durante las últimas décadas, ha disminuido considerablemente la actividad laboral en nuestro país, y ello, unido al pinchazo que sufrió el mercado de la construcción, ha traído a España el aterrador fantasma del paro, y todas las desastrosas consecuencias que se derivan de él.

Una de estas consecuencias es la bajada en el consumo. Esos millones de trabajadores que se han quedado sin empleo ven reducidos drásticamente sus ingresos, por lo que su capacidad de consumo disminuye y nos lleva a entrar en un círculo tan vicioso como peligroso: Menos consumo -> Menos facturación de las empresas -> Menos necesidad de personal -> Más paro -> Menos consumo.

No tengo que explicarles a ustedes lo difícil que resulta salir de un círculo así, y el gobierno y los políticos, entre corruptelas, impuestos y numerosos despilfarros, no contribuyen mucho a sacar a España de este pozo en el que cada vez nos hundimos más.

La clase trabajadora, los pequeños y medianos empresarios, los autónomos, los pensionistas... Aunque constituyen la gran mayoría de la sociedad española no son los que gestionan y organizan los pilares sobre los que se sustenta nuestra economía. Son ustedes.

Con sus decisiones y estrategias empresariales, pueden llegar a cambiar por completo este país y convertirlo en un referente mundial en creación de empleo, auténtica recuperación económica y, por qué no decirlo, responsabilidad nacional y verdadero patriotismo. Precisamente ese patriotismo que tiene que ver con la cartera.

No les pido que regalen su dinero a España, les invito a que inviertan en España. Les convoco a que vuelvan a traer sus fábricas a España, a que vuelvan a comprar a otras empresas españolas, a que dejen de importar, aunque les salga más barato y rentable, para desarrollar una estrategia basada en el consumo nacional, la producción interna y la exportación. Transformen España, aunque sus beneficios a corto plazo bajen. Ese es el patriotismo que les desafío a demostrar. Uno no demuestra su patriotismo luciendo una pulserita con la bandera, o poniendo una pegatina en el coche, o despotricando contra la independencia catalana. El verdadero patriotismo se demuestra con las cosas que cuestan. Muchos españoles han dado su su vida por su país, otros muchos la ponen a su servicio día a día. ¿Serán ustedes capaces de poner su capital al servicio de España?

Posiblemente opinen que el empleo que ya crean y los impuestos que ya pagan son muestras más que suficientes de patriotismo, pero la realidad económica que nos rodea hace innegable que esas contribuciones no son suficientes y que es necesario un esfuerzo aún mayor, un cambio de timón aunque sea para navegar a barlovento. Ahí es donde se forjan los buenos capitanes, así es como nacen los héroes.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Trileros de la información, mercaderes de opinión

Olvida lo que lees en ABC. Olvida lo que te cuenta El Mundo. Desconfía de lo que diga El País. Ignora lo que publique La Razón. Cuestiónate lo que ves en la 1, A3, T5, Cuatro, La Sexta... El problema de todas estas empresas es que tienen dueños (salvo la televisión pública, que lo que tienes es un gestor pero que actúa como dueño), y, por decirlo de alguna manera, estos dueños no se desvelan precisamente por ser imparciales, objetivos e independientes al dar información que alimente la opinión pública. ¿Por qué? Porque son empresas. Empresas cuyo máximo interés es la obtención del máximo beneficio, y en este caso en particular, el beneficio no deriva de su objetividad informativa, sino de los anunciantes, las subvenciones gubernamentales y la financiación de los grandes bancos e inversores de diversa índole.

Habitualmente, las relaciones entre los medios de comunicación y los del taco tienen a estos controlando a aquellos, de manera que los periodistas no pueden informar libremente y tienen que seguir las directrices del medio para el cual trabajan. Ya sabes. No muerdas la mano que te da de comer o te quedarás sin comer, como mínimo.


Esta manipulación mediática tiene como consecuencia una visión distorsionada de la realidad que, cual pandemia, se extiende entre la mayoría de españoles, ya sea porque muchos no quieren saber nada de nada, o porque tantos otros se han acostumbrado a comer del pesebre informativo de toda la vida, dando por hecho que la pluralidad informativa no tiene por qué pasar del umbral de alternar entre El Mundo y El País. Y así nos va. Que cuando uno comenta el neoliberalismo del que hace gala Albert Rivera, o los logros en la gestión del consistorio madrileño por parte del equipo de Manuela Carmena, te miran con cara de "pero qué me está contando el rojo éste, frikadas de Internet o yo qué sé...". Y el debate-conversación suele acabar con el ascua sin arrimar a ninguna sardina.


No podemos arreglar los problemas políticos de este país sin arreglar antes los problemas ideológicos, y la manipulación mediática constituye uno de esos grandes lastres que nos anclan a una visión antigua y unidireccional, sin capacidad crítica propia, en la que nos limitamos a adoptar las críticas que nos vende el columnista o tertuliano de turno.


Y por si fuera poco, los medios no sólo practican la manipulación informativa omitiendo aquello de los que no les interesa hablar, y exagerando o tergiversando aquello que contente a sus propietarios, sino que habitualmente recurren a la mentira, ya sea a costa de no contrastar las fuentes de información o acogiéndose, cínicamente, al derecho a equivocarse, que ya habrá tiempo de rectificar, si lo dijera un juez, en la página 16 en una esquinita abajo a la derecha, la mentira que nos vendieron en primera plana con Times New Roman a tamaño 72.
















Y esto seguirá siendo así por la única razón de que les resulta rentable. Recordemos: son empresas, buscan la rentabilidad. Soslayadamente... tácitamente... se mantiene la idea de que la ética es una cosa de tontos utópicos, de gente que no está el mundo, de perdedores...

¿Qué podemos hacer entonces ante estos trileros de la información? ¿Qué defensa nos queda ante estos traficantes de ideologías? Aquí van algunas pautas que puedes seguir, siempre que se pueda y te queden ganas.

BUSCA LA FUENTE ORIGINAL

Cuando leas una noticia sobre la aprobación de una nueva ley, por ejemplo, evita informarte a través de los análisis y resúmenes que publiquen los periódicos y lee la ley de su fuente original (el BOE, por ejemplo). Evita lo que te cuenten sobre lo que dijo alguien o el artículo que alguien ha publicado y sobre el cual otro medio opina y critica. Ve a la fuente original: la entrevista o el artículo original, el libro, el vídeo, el programa electoral o el diario de sesiones parlamentarias... lo que sea, pero cuanto menos procesado o comentado esté mejor.

CONTRASTA

Cuando una noticia te resulte interesante, búscala en diferentes medios, y no sólo los habituales. Existen multitud de blogs, foros y medios alternativos de comunicación que no dependen de ningún poder financiero y no están sometidos a ningún tipo de presión. Intenta leer diversas noticias sobre el mismo tema, siempre con un sano escepticismo y un análisis crítico para intentar entresacar la verdad que haya mediante denominador común. Aprende a distinguir entre hechos contrastados y opiniones.

USA LAS HERRAMIENTAS DE DATOS

Existen en Internet multitud de herramientas para obtener datos objetivos y que tú mismo te saques tus propias conclusiones. Desde las más conocidas como el INE, hasta DatosMacro, Eurostat o la OCDE. Entre todas estas herramientas y muchas más que tienes a tu disposición puedes obtener los datos que necesitas para crearte tu propia opinión tú mismo e incluso contrastar la información que te cuentan... y la que no.

CONSULTA MEDIOS INTERNACIONALES

Los tentáculos de los poderosos españoles no son tan largos como para alcanzar a todos los medios internacionales. De ahí que resulte interesante y muy esclarecedor leer noticias sobre España en la prensa internacional, especialmente si es de fuera de la UE. En estos medios, que también están manipulados, la información sobre España no está tan adulterada como la relativa a sus respectivos países, y la herramienta de traducción de Google te facilitará la lectura si vas justito de inglés.


BUSCA MEDIOS INDEPENDIENTES

En Internet, cualquier pringao (ej. un servidor) puede escribir lo que quiera. Debido a ello hay muchos sitios en los que se publican gilipolleces, pero también una serie de sitios muy selectos con información y opinión libre, con artículos muy currados que aportan bibliografía y enlaces a las fuentes originales, y que no están supeditados al dominio de ningún poderoso. No hace falta financiación para costear medios así, sólo pasión por la verdad y mucho trabajo. Ya sé que hay mucha gente, ancianos en su mayoría, que jamás se plantearán esta vía como una alternativa para informarse, pero ahí estás tú, para contarles lo que ellos nunca sabrán por el telediario de la 1. Hasta se lo puedes imprimir para que lo lean, como si del periódico de toda la vida se tratara. Yo lo hacía con mi madre, aunque para lo más que sirvió fue para alimentar nuestros debates.

POR SUS FRUTOS LOS RECONOCERÉIS

No hay mejor forma de saber lo que piensan los dirigentes de un partido político que ver lo que han hecho hasta la fecha allá donde hayan estado. No es necesario que hayan gobernado, también se puede ver lo que han apoyado en las diversas cámaras legislativas (Congreso, Parlamento Autonómico, Pleno del Ayuntamiento...). Por tanto, tienen más valor estos hechos que todas las palabras bonitas y programas electorales que puedan sacar a la palestra.

PROCURA EVITAR EL SESGO COGNITIVO DE CONFIRMACIÓN

¿Mande? ¿Qué es eso? El sesgo cognitivo de confirmación es esa tendencia que todos manifestamos a aceptar aquella información que confirma nuestras creencias. Por eso, la gente que se clasifica como "más de derechas" tiende a creerse toda la información que publican medios conservadores, y viceversa con aquellos que tienden a la siniestra. Hay que intentar, en la medida de lo posible, mantener una actitud crítica y escéptica con cualquier información, vestida del color que sea, por mucho que encaje con nuestra ideología. 

HUYE DE COMPARACIONES TENDENCIOSAS

Hay gente que mete en el mismo saco al fontanero que cobra sin IVA y sobrevive como puede, o al que cobra el paro y a la vez hace algunas chapuzas para poder ir tirando, y al presidente del consejo de administración de una gran multinacional que usa ingeniería fiscal y empresas pantalla en paraísos fiscales para defraudar a Hacienda. Ambos defraudan, ambos roban, ambos son ladrones. Punto y pelota. De esta manera, muchos comparan a Errejón, por la beca de investigación, con Rato, por el fraude de Bankia, o a Monedero, por las facturas de su empresa, con el fraude de los ERES y los cursos de formación en Andalucía. De esta manera, es fácil caer en el error de concluir con un "todos son iguales", porque la gente tiende a simplificar aun a costa de alejarse de la realidad hasta que ésta se pierde en el horizonte.  Fijaos como el tipo de gente que carga contra los autónomos que cobran sin IVA o los parados que malviven con el subsidio y cuatro chapuzas jamás se quejará (salvo para seguir la corriente) de las grandes multinacionales que tributan al 5% (o incluso menos, utilizando argucias y vacíos legales) o, directamente, defraudan.




En general, mantén una actitud crítica con todo lo que te cuenten, incluido este texto, siempre sin caer en las descalificaciones personales o los ataques "ad hominem", tan recurridos por aquellos que no les quedan argumentos sólidos con los que defender sus posturas.

martes, 10 de noviembre de 2015

Manipulados

Como el título de la entrada es bastante explícito, voy a saltarme la introducción y pasaré directamente al ejemplo con el que quiero explicar cómo los medios manipulan la opinión de los ciudadanos e influyen en el resultado electoral valiéndose de argucias que a veces llegan hasta la mentira y otras se mantienen dentro de los límites de las omisiones, exageraciones y dar por ciertos determinados rumores interesados.

El siguiente ejemplo lo hemos podido ver en la edición de ayer de ABC de Sevilla, a cuenta de la aprobación de las ordenanzas fiscales que, entre otras cosas, determinan el IBI. Sobre este particular "informaba" el ABC de esta manera en la portada de su edición electrónica (pulsar en la imagen para ampliarla):


"Vaya con estos populistas, ya están jodiendo al ciudadano subiendo el IBI ¡como si no tuviera bastante! ya sabía yo que estos la iban a cagar..." diría el "avezado" lector medio de ABC. La gran mayoría, por pereza, por falta de tiempo o por una excelente predisposición a ser manipulado no entrará a la noticia y se quedará con la información contenida en ese escueto titular, confirmando lo que él ya "sabía".

Habrá una parte que entrará a la noticia para ver si se dice a cuánto va a ascender el sablazo que estos rojos bolivarianos le tienen preparado para el año que viene. Se encontrará entonces con la versión "ampliada" del titular.

"Vaya, que eran las vacías solamente... menos mal, qué alivio" pensarán la mayoría de los que entraron a curiosear la "noticia" completa, y ya ni siquiera leerán el resto de la noticia porque a él no le afecta. Sólo algunos, preocupados porque tienen una segunda vivienda en Sevilla que por diversas razones puede estar vacía, o que incluso no lo está realmente pero sí oficialmente (alquileres no declarados, por ejemplo), se tomarán el tiempo de leer el cuerpo de la noticia, buscando ese porcentaje de incremento que, cual espada de Damocles, se cierne sobre ellos para el próximo ejercicio fiscal. Entonces se encontrará con esto otro:


Destaco el párrafo entero porque tiene lo suyo, pero quiero hacer especial hincapié en que se exceptúan las viviendas cuyo propietario sea una persona física. Es decir, que si contamos ésta y otras excepciones que se citan en el mismo párrafo, el grueso de las viviendas a las que se les subirá el IBI son las de los bancos, que o bien están cerradas y punto, o puestas a la venta a precios completamente fuera del mercado.

En resumen, que el titular que la mayoría leerá tiene que ver muy poco con la realidad. He escogido este ejemplo para ilustrar un fenómeno que se ha convertido en el eje en torno al cual giran los medios de comunicación en este país. El periodismo no es libre, los medios de comunicación son empresas con intereses económicos y vinculaciones complejas con bancos, políticos y otros poderes. El sistema, los que están en el poder, usan estos medios para confundir y desinformar a la población, de manera que cualquier alternativa de cambio parezca incluso peor que ellos, a base de mentiras, omisiones, exageraciones y publicaciones de rumores como si fueran noticias contrastadas, unas veces de forma más sutil y otras más descarados que los dobles del Equipo A.

Esta realidad deja pocas opciones al ciudadano medio. Puede seguir consumiendo la información procesada que los medios le sirven y formarse sus ideas basadas en ella, es decir, dejarse conducir cual borrego para que el resultado de las urnas no afecte a los políticos de siempre y las empresas del IBEX 35 (que vienen a ser lo mismo). También puede renegar de cualquier información, aislarse en una burbuja y el día de las votaciones no tener en cuenta nada de lo que se ha publicado, haciendo exclusivamente lo que le dicte su conciencia, pero la ciencia infusa nunca fue una buena consejera. Por último, queda la ardua labor de recolectar la información, analizarla, contrastarla, compararla de distintas fuentes e intentar separar el grano de la paja, los datos correctos de las opiniones, exageraciones o informaciones no contrastadas. Un trabajo de monos para el que la rutina habitual de la mayoría de los ciudadanos, con esos horarios draconianos que la reforma laboral permite y que el Sistema consiente, no deja apenas tiempo.

El problema está ahí, y no tiene fácil solución. Ni siquiera se me ocurre una difícil. Sólo quería mostrar un ejemplo muy claro de lo que me encuentro diariamente en casi todos los medios que consulto.


martes, 2 de junio de 2015

Receta para cocinar un "Milagro de la recuperación económica a la española"

¡Hola amigos! Hoy vais a aprender cómo se prepara un "Milagro de la recuperación económica a la española". Es una receta muy muy sencilla, no hace falta ser un chef económico de prestigio para prepararla. Los pasos son muy sencillos:

- Se aprueba una reforma laboral que permita a las empresas echar a la gente por cuatro duros (y en muchos casos gratis). La reforma laboral debe de contener una parte importante de "contratación en condiciones precarias".

- Se deja que la reforma laboral vaya cogiendo gusto unos añitos. En ese tiempo (3 o 4 años son suficientes) las empresas despiden a la gente, los parados agotan su prestación por desempleo y cuando buscan y no encuentran, se van poniendo desesperados (vuelta y vuelta). Además, como la capacidad de gasto de la población, al crecer el paro, baja, la demanda de productos y servicios también baja, con lo que muchas empresas, al ver su volumen de ventas bajar, tienen que despedir a más gente o incluso cerrar. El objetivo es que la población tiene que quedar bien purgada de una clase media con sueldos dignos, justo a punto para el siguiente paso.



 - Ahora es cuando vamos a aprovechar las condiciones precarias para contratar de la reforma laboral. En las condiciones adecuadas de desesperación, la mayoría de la gente empieza a aceptar trabajos de mierda en condiciones draconianas, con la mitad de sueldo de antes de la crisis, y el empleo, mágicamente, comienza a repuntar.

- El nivel de competitividad de las empresas comienza a subir, el PIB, la facturación y los beneficios, en términos globales, repuntan, y los indicadores macroeconómicas apuntan a una "recuperación". La gente no se da cuenta de que las condiciones no mejoran si, por ejemplo, en una población de tres personas, donde la primera tiene 4, la segunda 3, y la tercera 2 (9 entre todos), la cosa pasa a que la primera tiene 9, la segunda 1, y la tercera 0. En términos generales, el cómputo global sube (ahora hay 10 en total), pero la situación para la mayoría es mucho peor que antes.



- Sazonamos al gusto modificando las condiciones para contar los parados, un poquito de manipulación mediática por aquí, otro poco de cortinas de humo por allá y ya podemos servir el "milagro de recuperación económica a la española".




¡Que ustedes se lo coman bien!

martes, 16 de diciembre de 2014

Un gran pacto de coalición por la estabilidad de España

Así. Con esta grandilocuente frase nos venderán el pacto que PP y PSOE celebren cuando vean que, por separado, no tienen la suficiente mayoría para gobernar en las próximas elecciones generales de 2015. El PP ya ha sugerido tal posibilidad y aunque Sánchez se muestra reticente, no da más impresión que estar haciéndose "la difícil" a ver si pilla una tajada más gorda, al final cederá, porque menos es nada que algo, y éstos, por la poltrona, mueren.

De manera que aunque Podemos pueda ser el partido más votado, o le falte poco y con el apoyo de alguna otra formación política pueda conseguirlo, no logrará la mayoría necesaria para alcanzar el Gobierno, y asistiremos a la oficialización del ya consabido PPSOE.

Y esto, que lo digo allá por diciembre de 2014, arrimao a la estufita, en una epifanía que me ha dao asín, de repente.


martes, 29 de julio de 2014

Puntas de lanza rotatorias

No. No se me ocurría un mejor título para este nuevo intento de resumir una idea que acabará naufragando entre tropecientas líneas de divagaciones y excursiones a la montañosa orografía de la famosa localidad jiennense. Al grano (mientras pueda).

LA SITUACIÓN DE PARTIDA

En estos tiempos de surgimiento de nuevos movimientos sociales y políticos... No, así no, que acojona... A ver... Que no suene a arenga política o sermón social... ¡Pablo Iglesias! (ya está, ya estáis enganchados), o el coletas, como muchos lo llaman. ¿Cuánto tiempo va a durar este hombre en el punto de mira de toda la sociedad? Ya sea el de aquellos que lo atacan, o el de aquellos que lo siguen como modelo político e ideólogo.

Funda un partido llamado PODEMOS, con muchos seguidores que ha sido toda una revelación (esperemos que también sea una "relevación") en las últimas elecciones europeas. Cinco de sus "dirigentes" se han convertido en europarlamentarios y ahora están sometidos a una presión enorme, una presión mediática, de lobbies, social, política... de toda índole.


EL DESGASTE

No me cabe duda de que muchos movimientos de renovación, partidos políticos con ideas frescas, democráticas y revolucionarias, comienzan con un espíritu puro, con mucha fuerza, muchas ganas de cambiar las cosas, y normalmente las cabezas visibles de esos movimientos, que son seres humanos, acaban quemándose en poco tiempo por el desgaste psíquico e incluso físico que supone ser punta de lanza de movimientos revolucionarios, cuando no, directamente, se corrompen, transformados por el Sistema que paradójicamente querían transformar. Ese protagonismo, ese liderazgo, pasa una factura muy alta a esos mascarones de proa que abren brecha en el status quo y se plantan frente a los numerosos ataques que surgen de todas partes (incluso desde sus propias filas), con lo que esa idea original, ese movimiento, suele naufragar cuando el pabloiglesias o la adacolau de turno se da cuenta de que ya no puede más. Y hala, otra esperanza de cambio al cubo de basura, y como decía Javier Nart, el monstruo que es el Sistema lo digiere (y caga) todo.


REPERCUSIÓN MEDIÁTICA ¿A QUÉ PRECIO?

Hace pocas horas Pablo Iglesias abríó una rueda de prensa en Reddit abierta a todos los que quisieran participar. Ya van más de mil preguntas (y las que quedan hasta las 17:00 h.) de toda clase pero, tal y como dice, sólo contestará a las más votadas. Entre las pocas que he podido leer al azar, me encuentro con la preocupación de algunos simpatizantes por el protagonismo que alcanza este señor dentro del partido. El riesgo de esto no es sólo la presión de todo tipo a la que aludía en el párrafo anterior, sino que toda persona comete errores, y basta sacar a relucirlos para echar abajo todo un movimiento social que implica a cientos de miles de personas, quizá millones en las próximas elecciones municipales.


UN SÉPTIMO DE CABALLERÍA EN CONSTANTE RELEVO

Pero también veo gente con muchas ganas, con mucha fuerza para seguir empujando y aguantando esa presión. Y repartir la carga para que unos cuantos aguanten durante poco tiempo y tiren del carro me parece una buena estrategia. Elimina el protagonismo de una figura y hace de un movimiento político y social un esfuerzo verdaderamente democrático y colaborativo, un producto de todos los que quieran participar, de los que quieran tirar del carro y aguantar lo que les venga encima. Y sobre todo, otorga independencia a ese movimiento, ya que es la comunidad la que lo mueve, rotando su vanguardia, para que el empuje global no decaiga, ni por unos días, y los enemigos, aquellos que critican cualquier cambio aunque pueda ser mejor, no sepa a dónde apuntar sus dardos envenenados con miedo, prejuicios y mucha ignorancia.


En este país hay mucha gente así. Sólo hay que plantear la estrategia para aguantar el asedio de las críticas al cambio que esta sociedad, con la que comparto sitio en el bus, planta a todo el que se ponga a querer cambiar las cosas, a querer mejorarlas... tenga coletas, barbas o patillas de hacha.