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sábado, 24 de junio de 2017

¿Orquesta Sinfónica de Triana o Arqueta Sifónica de Triana?


Siempre defiendo lo mío. Y, como buen trianero, me sorprendí gratamente al enterarme hace poco de la existencia de la Orquesta Sinfónica de Triana. La sorpresa fue aún más gratificante cuando el descubrimiento iba asociado a un concierto que iban a dar centrado en bandas sonoras del cine de siempre, con una parte mayoritaria dedicada a la famosa saga de La Guerra de las Galaxias (Star Wars). "Pa qué má" pensé. Yo, que mi cuadragésimo cumpleaños lo celebré disfrazado de Jedi, que soy un cinéfilo empedernido y un friki de la galáctica saga, además de un acérrimo melómano que ha estado asistiendo a conciertos de música clásica desde hace casi 30 años. Era un acontecimiento que no podía perderme: la sinfónica de mi Barrio tocando Star Wars. La emoción me embargaba sólo de imaginarlo, y no dudé ni un momento en comprar las entradas más caras para asistir a tan magnífico evento. ¿22 € más 2,10 de gastos de gestión por cada entrada? No se hable más, ahí estaban mis 48,20 y el día D a la hora H, las posaderas mías y las de mi mujer estaban en primera fila.

Sorprendentemente no avisaron de ninguna prohibición de grabar con los móviles, ni tampoco en las entradas o el programa de mano decían nada al respecto, ningún cartel... nada. Así que saqué mi teléfono y me dispuse a grabar el momento para tener un grato recuerdo de aquel histórico evento.

La emoción me paralizaba la respiración. Entonces sucedió esto (atención a los segundos 0:08, 0:13 y 0:16):


¿Cómo? ¿Qué estaba sucediendo? Estaba en el primer concierto al que iba de la Sinfónica de Triana escuchando uno de mis temas favoritos de todas las bandas sonoras, nada podía salir mal... y no salió mal, no... salió MUY MAL. La decepción y desolación iniciales dieron paso a una creciente indignación y el consiguiente enfado. ¿Qué clase de engaño era éste? ¿Acaso una orquesta podía manchar de esa manera el nombre de Triana y, además, cargarse por completo la excelsa partitura del genial maestro John Williams?

Invito al lector a que repita la reproducción para apreciar en toda su magnificencia las meteduras de pata de alguno de los músicos que destroza por completo el profesional trabajo del resto de los componentes de la Orquesta, pero que echa por tierra la labor de la dirección musical que, en definitiva, es el último responsable de tan estrepitoso naufragio. Eso sí, no repita muchas veces el vídeo no le vayan a sangrar los oídos.

Dicho esto, aclarar también lo siguiente. El resto del concierto, salvo 2 ó 3 fallos más que yo recuerde, fue aceptable. Sin ser músico me atrevo a decir que los fallos son achacables, además de al director de orquesta por consentir esto, a uno o, como mucho, dos componentes de la orquesta, especialmente en la parte de los vientos, siendo el resto, en mi humilde parecer, excelentes profesionales, con alguno de ellos destacando, como el primer violín en la interpretación del tema principal de la banda sonora de La Lista de Schindler.

La puntilla ya fueron los 4 euros que cobraban por la cerveza en vaso de sidra (de plástico y no llegaba ni a medio litro).

Aunque la mayor parte del tiempo del concierto no se equivocaron, un fallo como éste, o como el de la trompa en el solo del tema de la Princesa Leia (hasta algunos músicos de la orquesta se rieron), dejan como muy excesivo el precio que cobraron por las entradas.

No tenía intención de compartir esta crítica pero subí el vídeo a Youtube y no pasaron dos días antes de que me reclamaran derechos de autor diciendo que "se había grabado vídeo en directo infringiendo las leyes y normas del espacio". ¿Cómo se informaba al cliente de esas supuestas normas? Pues de ninguna manera. El auténtico motivo era impedir que se difundiera la pésima calidad del espectáculo que ofrece esta "Arqueta Sifónica de Triana" y dicha difusión perjudicara sus intereses económicos. Quité el vídeo, sin embargo, para evitar que Youtube me cerrara el canal teniendo en cuenta la política que habitualmente sigue la filial de Google en estos casos, pero ya sabéis que yo no me callo estas cosas nunca, y si me tocan las narices, más me rebelo.

En respuesta a esa reclamación de derechos de autor, yo, como consumidor, también reclamo mis derecho a disfrutar de un espectáculo de calidad por el que he pagado y, de no hacerlo, como ha sido el caso, a reclamar y denunciar públicamente aportando la correspondiente prueba para que el resto de los potenciales consumidores puedan informarse antes de picar el anzuelo. Estaré encantadísimo de retirar el vídeo cuando la Orquesta publique o me envíe algún vídeo en el que demuestren que saben interpretar correctamente, tanto el tema principal de Star Wars como el de la Princesa Leia. Qué pena que no grabara este último porque los fallos fueron aún más garrafales porque el del trombón, parecía que llevaba una "trompa".

Firmado,
Un trianero estafado


lunes, 8 de febrero de 2016

Democracia, pese a todo

Título muermo donde los haya. Seguro que habrá espantao a más de uno pensando que me dispongo a largar otro tocho infumable sobre derechos sociales, democracia, política, etc. Una sesuda reflexión, con numerosas referencias literarias y periodísticas, que desgrane la ineludible necesidad de evolucionar en nuestro sistema democrático y bla bla bla. Pero no voy a hablar de eso. No.

El próximo domingo este blog cumple diez años. Llevo con el dominio puesto en venta desde antes que comenzara la crisis, y todavía no he recibido una puta oferta. Cada año, religiosamente, pago la cuota de renovación y de vez en cuando publico algo que ni mis conocidos leen, salvo la opinión sobre Costco, que en mala hora se me ocurrió meterme en aquel berengenal porque he recibido todo tipo de insultos y descalificaciones vía comentarios (muchos de ellos directamente a la papelera).

¿Y qué he sacado yo de esto en diez años? Pues sencillamente nada, y ya va siendo hora de que esto cambie, así que aprovechando que no me lee nadie, voy a escribir sobre las mierdas entre las que me debato interiormente, y que ya, si todavía continúas leyendo, te puedes saltar porque de seguro que te aburrirán tremendamente. Pero oye, algún beneficio tendré que sacarle a esto, aunque sea psicoterapéutico, o para aclararme las dudas y dilemas que tengo, que no es moco de pavo.

Y uno de esos dilemas es el siguiente... Por un lado, soy muy demócrata y democracia ante todo y patatín patatán. Democracia directa, democracia participativa, que el pueblo elija, que el pueblo decida en tiempo real sobre su futuro, que participe en la elaboración y aprobación de nuestras normas, y un partido que avance en el camino de desarrollar todo tipo de procedimientos para dar cada vez más margen de participación al pueblo, especialmente aprovechando el desarrollo de las comunicaciones y las nuevas tecnologías, cosa que nunca antes había existido. Nos encontramos en un momento histórico para hacer un tipo de política nunca vista hasta ahora, más allá de las derechas y las izquierdas, para empezar a construirla, poco a poco, e ir ampliando parcelas para esa verdadera democracia en la que todos podamos tener voz y voto sobre las cuestiones que nos afectan a todos como sociedad.

Y por otro lado... Pienso en los resultados electorales y lo primero que se me viene a la cabeza es que la mayoría de la gente en este país es idiota. Y teniendo en cuenta estas dos cuestiones, la pregunta es clara ¿por qué queremos más democracia cuando la mayoría de los ciudadanos ha demostrado que no está preparada para poder decidir sobre su futuro?

Esta pregunta pone de manifiesto una evidente contradicción sobre la que apenas he querido pasar, en mis pensamientos, porque me suponía un problema que no podía resolver. Compatibilizar mi tendencia a una sociedad más democrática, más independiente de partidos de uno u otro signo, más independiente de los grupos de poder económico y, presumiblemente, más justa y ecuánime.

Luego, pensando sobre mi conclusión sobre el nivel de inteligencia de la mayoría ciudadana, y volviendo a sopesar, en un ejercicio de empatía, los factores que a esa mayoría le puede llevar a votar a partidos corruptos que se están cargando España, se me ocurre que quizás ese bajo nivel de comprensión no sea la única de las causas, sino que quizás el miedo a los cambios, la irresponsabilidad, el egoísmo, incluso el qué dirán, pueden ser otros de los ingredientes que, en mayor o menor medida, se mezclen para cocinar este amargo pastel que supone el triunfo de los partidos de "toda la vida".

Y trato de imaginar fórmulas, aunque apunten a utopías cuajadas de tecnología y responsabilidad ciudadana y aunque se distancien de nosotros en varias generaciones, hasta que me doy cuenta de que la principal diferencia que marca la frontera entre las políticas posibles actualmente y las pretéritas constituye, a la vez, un excelente filtro para quitar la morralla intelectual, y toda la caterba de dinosaurios analfabetos que lastran el progreso de nuestro país en este recién estrenado tercer milenio.

Las nuevas tecnologías se han convertido en incomprensibles para una gran mayoría de ciudadanos que, bien por su edad, o bien por su escasa capacidad de adaptación intelectual a las nuevas circunstancias, no es capaz de utilizarlas en el ejercicio de sus derechos de voto. Pues la cosa es bien simple (y compleja a la vez, pero apasionante). Implantemos mecanismos de ejercicio de la voluntad democrática utilizando estas nuevas tecnologías, que constituirán una excelente barrera que nos librará de la influencia que personas que no se enteran la misa la media pueden tener en el conjunto de la sociedad.

De manera progresiva se pueden establecer procedimientos para que, cada vez en más materias, los ciudadanos puedan votar a favor o en contra utilizando los mecanismos de autentificación telemática que ya existen. Se pueden establecer incluso mecanismos de filtrado para que aquel que quiera votar, por ejemplo, la aprobación de una ley, no solo necesite saber utilizar el navegador con su correspondiente certificado digital o DNI electrónico, sino que tenga que responder a un test básico de cuestiones sobre la ley sobre la que quiere votar. Sí. No es un sistema perfecto, pero es mucho mejor que lo que tenemos ahora, y sobre todo más democrático. Y no me imagino yo a la mayoría de los jubilados utilizando este sistema y, por tanto, influenciando con su irresponsable voto el destino de este país.

Por supuesto, cualquier sistema de participación ciudadana directa se puede combinar perfectamente con la democracia representativa, utilizando fórmulas como por ejemplo la de Democracia 4.0, propuesta por el diputado andaluz Juan I. Moreno Yagüe, y como cabe esperar, este avance en la ampliación progresiva de las materias en las que la ciudadanía pueda participar de forma directa ha de tomarse como un largo camino, que quizás se prolongue durante décadas, pero es ése el camino, y no otro, el que nos hará independizarnos definitivamente de la partitocracia reinante en este país y, sobre todo, de la enorme irresponsabilidad que supone el ejercicio del derecho a voto por parte de ciudadanos con antojeras que les impiden ver la corrupción y la realidad social y económica de este país.

sábado, 24 de marzo de 2012

Breve y sencilla explicación de por qué no va a funcionar la reforma laboral

Antes de explicar por qué no va a funcionar la reforma laboral, es necesario entender cuál ha sido la intención del gobierno al promulgar dicha norma.

Uno de los fundamentos de la nueva reforma laboral consiste en el abaratamiento del despido. El gobierno, al promulgar dicha norma, pretendía hacer más atractiva la creación de empresas, para que los empresarios asumieran menos costes si la cosa iba mal y tenían que echar a gente o incluso cerrar la empresa. Supuestamente con ello las empresas, es decir, los empresarios, tendrían una mayor confianza para contratar gente, a sabiendas de que echarlos les iba a salir baratísimo o incluso gratis. Y con todo este tema, la creación de empresas y, por tanto, de puestos de trabajo, empezaría a funcionar después de algunos meses de la entrada en vigor de la citada reforma.




¿Por qué entonces no va a funcionar?

Pues por una razón muy sencilla de entender cuya explicación voy a descomponer en cinco puntos. 
  1. El abaratamiento del coste del despido y la posibilidad de contratar trabajadores pagándoles menos, aunque para los empresarios sea a priori positivo, para los trabajadores resulta nefasto, porque crea en ellos una sensación de incertidumbre tremenda.
  2. En este país, la gran mayoría de la población activa está compuesta de trabajadores por cuenta ajena, osea, las víctimas del nuevo panorama de incertidumbre laboral que nos trae la reforma.
  3. Cuanto más se pretenda aumentar la confianza de los empresarios e inversores a base de recortar los derechos de los trabajadores, más aumentará la desconfianza de éstos que, no lo olvidemos, son el gran porcentaje de la población.
  4. Si los trabajadores tienen poca confianza en su futuro laboral, consumirán menos. El consumo es la auténtica clave del éxito para que una sociedad genere empresas y, por tanto, puestos de trabajo.
  5. Al consumir menos, las empresas facturarán menos productos y servicios, y, por muy barato que sea el despido y la mano de obra, al final nadie querrá crear empresas porque el panorama para consumir, y por tanto, vender, será muy incierto. Es lo que estamos viendo ya, pero que parece que la mayoría no aciertan a interpretar, a juzgar por los resultados electorales y la calma general.






Lo he simplificado mucho, omitiendo cuestiones como las del acceso al crédito, por ejemplo, que tampoco es que haya aumentado mucho tras la reforma laboral. De todas maneras, la gente se corta más a la hora de pedir un crédito y los bancos se lo piensan mucho más a la hora de concederlo. Y recortar los derechos de los trabajadores no parece que mejore esta situación sino que, como hemos visto, la empeora aún más.




domingo, 30 de octubre de 2011

Vídeo Anonymous: Elecciones 20 de noviembre

El colectivo Anonymous ha publicado un nuevo vídeo en el que explica la situación actual en España, cómo hemos llegado a ella, y qué podemos hacer en las próximas elecciones para que el panorama cambie radicalmente. Si de verdad estás harto o harta de cómo están dejando los políticos y los poderes financieros a este país, no te pierdas el vídeo que Ellos no quieren que veas. 


lunes, 30 de julio de 2007

Sobre derechos de expresión y otros

Escrito por Macarena Rodríguez y leido en la edición digital de El País ayer (que enlazo en el título), me ha parecido un interesante y esclarecedor artículo sobre cómo uno debe expresarse en el blog así como gestionar los comentarios que se publiquen en él. Derecho de expresión (incluida la expresión que critica o reprueba), sí, pero sin perjuicio para la protección del derecho al honor, a la intimidad y a la imagen.

Muchos internautas desconocen sus derechos y deberes en la red y esto comienza a provocar conflictos, especialmente entre el derecho a la información y a libertad de expresión y el derecho al honor, a la intimidad y a la imagen.

Por ejemplo, Julio Alonso ha sido denunciado por la SGAE por titular un artículo de su blog SGAE=Ladrones. Además, en la denuncia se hace hincapié en que promociona un google bombing contra ella y en que no se han moderado los comentarios de los internautas que entraban en el blog. Otro ejemplo es el de Abraham Fernández que tiene que retirar, por requerimiento judicial, los post que dañen la imagen y el honor de una entidad que no ha querido desvelar. Por lo visto, el problema está en los comentarios que permitió y que no ha moderado. Para sacarnos de dudas, hemos preguntado a Rafael Bustos, profesor titular de Derecho Constitucional de la Universidad de Salamanca y nos ha confirmado que Julio Alonso lo tiene muy crudo ya que "no puede demostrar que la SGAE sean unos ladrones" y que los blogs tienen un alcance universal. Cualquiera puede leerlos por tanto, es como si aquellos que tienen un blog fueran periodistas. La diferencia es el grado de verificación de la noticia. A los blogueros, al no ser profesionales de la información no se les exige el mismo nivel de comprobación de la veracidad de la noticia pero este no desaparece. Por otro lado, los blogs tienen el agravante de la "publicidad".

Cuando escribimos en un blog o un espacio personal abierto al público en general, ¿somos conscientes de nuestros derechos y de los derechos de terceros? No lo creo. Muchos mensajes en blogs han aparecido citando las mismas palabras que Julio Alonso sin ser conscientes del riesgo a ser denunciados y perder la apuesta. Los blogueros tienen derecho a informar y a expresarse libremente pero sin dañar el honor, la intimidad ni la imagen de nadie. Antes de crear un blog, se tienen que conocer sus derechos pero también sus límites y responsabilidades.

miércoles, 20 de septiembre de 2006

Creación artística: hay que cambiar el chip

Y no me refiero al de la playstation o cualquier otra videoconsola al uso, sino en lo que al mercado de la creación artística se refiere, esto es música, cine, etc. Es inevitable. Y cuanto antes lo asuman las partes interesadas, mucho mejor. El mundo cambia, la tecnología avanza a pasos de gigante y, lo queramos o no, ello repercute en nuestras vidas, de formas más o menos indirectas.

Al final, las quejas de tantos artistas no van a servir de nada, y esta moda por parte de los gobiernos de imponer métodos cada vez más restrictivos en lo que a copia y difusión de material audiovisual se refiere para lo único que va a servir es como otro varapalo político más para el gobierno de turno.

La solución está en adaptarse a la nueva realidad y, por muy duro que les parezca a estos ricos, renunciar a los pingües beneficios que la venta de discos y exhibición de películas repercutía, no tanto ya en ellos mismos sino en las discográficas y productoras cinematográficas, que son los que se llevan la mayor parte de la tajada. Hay que buscar nuevas formas de vivir de ello.

Y a partir de ahora me referiré solamente a los músicos, para centrarnos en el problema, pero por partes.

Supuestamente se dedican a la música por dos motivos: porque les gusta y para ganarse la vida. Y ambas cosas se pueden seguir haciendo después de la era Internet y el fenómeno de las redes de pares (intercambio de archivos… vamos, descargarte las canciones gratis, pa que nos entendamos). ¿Cómo?

Bueno, pues empezando por renunciar a las casas de lujo en Miami (o en cualquier otro sitio), los automóviles caros y, en general, la vida de lujo y ostentación que muchos se pegan viviendo de los derechos. Me hace mucha gracia la hipocresía de la que hacen alarde muchos artistas cuando salen en los medios expresando su entrega a su público, cuando en realidad a lo que están dedicados es a sacarnos el dinero y tener que pagar cifras desorbitadas por un disco suyo en el Corte Inglés... Esto tiene que acabar... y acabará.

Sé que es algo muy duro y difícil, pero seguro que seguir trabajando en lo que les gusta, aunque sea por la cuarta parte de lo que ganaban antes (o incluso algo menos), puede compensar. ¿O es que acaso no les gusta y no disfrutan con su trabajo?

¿Y cómo entonces se ganan la vida? Muy sencillo, a base de giras de conciertos fundamentalmente (que tampoco es moco de pavo) y de los derechos obtenidos por la difusión de sus obras por personas o empresas que ganen dinero con ello, lo que también se puede complementar con participación en campañas publicitarias, programas de televisión, y muchas otras “pequeñas” actividades que perfectamente pueden permitir a los músicos llevar una vida más que cómoda.

Desde ese punto de vista, Internet se convertiría en el vehículo ideal para difundir su música, no solo ya los artistas consagrados o aquellos respaldados por campañas millonarias y productoras discográficas, sino cualquiera que realmente tenga "arte" y guste al público. Ése es el principal miedo ante el cambio: que desaparecen empresas muy poderosas. Ya, de hecho, han habido algunos que han triunfado sin grandes financiaciones ni OT ni nada por el estilo. Sencillamente, cuelgan el video de su canción en Internet o echan a andar sus discos por la red esperando que la gente se los descargue, los escuche, les guste y les conozcan. Solo necesitan su talento y su trabajo, nada de dinero.

Admitiendo todo esto, a las tiendas de discos les quedan dos opciones: cerrar o adaptarse para vender todo aquel material que no se puede encontrar habitualmente por Internet. Yo mismo he tenido que acudir a una tienda de música clásica para encontrar cierta versión que quería de una obra de Händel que no conseguía encontrar en eMule y tuvieron que traer de Londres. (Música para el cumpleaños de la Reina Ana, 20 €).

Por supuesto, y con éste método, el top-manta dejaría de existir. Es cierto que ahora, ¿quién paga 18 € por un disco en la tienda cuando puede pagar 2 por el mismo disco en la calle? Pero… con la difusión y legalización expresa del intercambio de archivos, ¿quién va a pagar 2 euros por un disco cuando se lo puede bajar gratis de Internet? Bueno, sí… el que no tenga Internet, pero eso es ya material para escribir otro día.

Por tanto, no solo se acabaría con ese negocio, claramente ilegal, sino que nuestro derecho de acceso a la cultura, dentro del marco de una política social, ganaría muchísimo a la vez que el Gobierno actual parecería más coherente con su supuesta ideología. Pero esto sería quitarle algo a los pocos que más tienen para dárselo a los muchos que menos tenemos, y últimamente, ¿dónde habéis visto que esto suceda?