Translate

jueves, 19 de mayo de 2011

Elecciones Municipales Mayo 2011: los otros partidos

El próximo 22 de mayo se celebrarán elecciones municipales en toda España. En algunas comunidades autonómas, además, también se llevarán a cabo las elecciones autonómicas. Una vez más, el juego ¿democrático? nos da el turno a nosotros. Durante cuatro años, un grupo de “señores” estarán el cargo de los asuntos que a todos nos afectan, y seremos nosotros los que los hayamos puesto ahí, tanto si participamos votando como si nos quedamos en nuestro sofá o nos vamos a la playa a echar el finde. El que hay no es el mejor sistema, pero aun así, es el único del que disponemos. por el momento Lo importante, en mi opinión, es que hay formas de cambiarlo, y precisamente votar, es el primer paso. Me explico.

Lo que tienen en común la mayoría de los partidos políticos es que se basan en la democracia representativa. Presentan un programa electoral que constituye una especie de contrato con los ciudadanos, en el que detallan la lista de medidas a adoptar si salen elegidos como grupo político mayoritario y acceden al gobierno, desde el ámbito local al estatal. Luego, durante 4 años, el partido electo, ya en el poder, cumplirá o no con lo prometido. Pero tú y yo ya sabemos lo que ocurre siempre ¿verdad? Decepción tras decepción, en un constante relevo de las dos opciones mayoritarias, tal es la miopía reinante en este país, que no ve más allá de PSOE o PP.

Me pregunto cuántos ciudadanos se leerán las propuestas del partido al que votan, cuántos ciudadanos se leerán las del partido de la oposición, y cuántos ciudadanos se leerán los programas electorales del resto de las opciones políticas. Deben de ser casi todos, porque prácticamente todo el mundo tiene clarísimo lo que va a hacer el día de las elecciones.

A veces, cuando hablo de política e intercambio ideas al respecto, suelen usar como argumento la falta de opciones políticas como base para el voto en blanco, el nulo o la abstención, aunque nuestro sistema electoral favorece a los partidos mayoritarios con el uso de estas tres opciones.

En primer lugar, el voto en blanco lo suele usar el ciudadano que está de acuerdo con la participación democrática y quiere expresar su opinión, siendo ésta, en resumen, que no está de acuerdo con ninguna opción política de las que se presentan a los comicios. Es un derecho legítimo que tiene todo votante, pero ¿cuáles son sus efectos prácticos? Pues a groso modo, que el partido mayoritario necesitará menos votos para gobernar, y que algunas opciones políticas minoritarias, en el caso por ejemplo de elecciones a parlamentos autonómicos o al congreso y senado no llegarán al porcentaje mínimo para obtener representación parlamentaria, en favor de los partidos con más votos, con lo cual el resultado es menos plural y, paradójicamente, menos democrático.

El voto nulo supone una opción equivalente a la anterior, con la diferencia de que los ciudadanos que escogen esta opción como forma de protesta pretenden, además, enviar un mensaje a los poderes públicos, normalmente incluyendo papeletas en el sobre con algún tipo de logotipo o frase de protesta o reivindacativa. Los que hemos estado presentes en muchos escrutinios electorales somos conscientes de lo inútil que resulta incluir este tipo de papeletas que, como mucho, hacen gracia a las únicas personas que las van a ver, que son los miembros de la mesa electoral (sufridos ciudadanos como tú y yo). Además, "mandar un mensaje a los políticos..." ¿pero es que todavía alguien cree que los políticos no saben qué es lo que sienten los ciudadanos? ¡lo sabe todo el mundo!

La abstención, como otra forma de manifestación de la disconformidad con la situación general y las opciones políticas que se presentan, también es legítima. Lo que sucede es que en la práctica es imposible distinguir quién se abstiene por protesta y quién lo hace porque sencillamente pasa y ha preferido irse a la playa. En cualquier caso, los efectos son los mismos. El partido mayoritario necesitará menos votos para gobernar y tú, con tu abstención, no harás sino ponerles las cosas más fáciles.

Por eso, yo siempre creo que hay que ir a votar, que la participación debe ser cuanto más alta mejor, y sobre todo, que el voto de ser un voto responsable y coherente. No regalemos el voto a quien nos haya comido el coco. Seamos votantes responsables y, al igual que nos leemos la hipoteca que firmamos cuando compramos nuestra vivienda (...), leámonos ese contrato llamado programa electoral, que es lo que va marcar el rumbo de la sociedad en que vivimos durante los próximos 48 meses, y decidamos en consecuencia.

Y para aquellos que no estamos de acuerdo con las opciones políticas mayoritarias y queremos salir de este círculo vicioso bipartidista, quitémonos de una vez los complejos y oye, si resulta que alguno de los partidos minoritarios nos hace una propuesta electoral que se asemeja bastante a nuestras ideas, votémosles, sin complejos. Estaremos aportando nuestro granito de arena a hacer de esta sociedad más democrática, y además, seremos más coherentes y responsables, habremos cumplido con nuestra parte del trato y si protestamos porque el rumbo de la política no va bien, lo haremos respaldados por el poder de la acción que acompaña al pensamiento y la palabra.

En el blog del gorrión informático podréis encontrar una lista con las 17 candidaturas que se presentan a la alcaldía de Sevilla, con sus respectivos programas electorales y/o páginas web, y en este artículo podréis encontrar alguna información más sobre dichas candidaturas.

MOVILIZACIONES SOCIALES

No es casualidad que en estos días previos a los comicios municipales decenas de miles de ciudadanos, con una importante representación de los colectivos más jóvenes, estén movilizándose en las calles de más de medio centenar de ciudades repartidas por toda España, protestando por la situación actual y reivindicando un cambio basado en una mayor participación ciudadana en la toma de decisiones políticas. La manifestación del 15 de mayo, sobre la que hace unos días escribía, ha supuesto el pistoletazo de salida, y desde entonces son varias las movilizaciones que se vienen sucediendo en todo el país. "Esto ya no lo para nadie", decía una ciudadana a las cámaras, dejando de manifiesto que los ciudadanos han empezado a despertar y a reclamar lo que en derecho les pertenece, que no es otra cosa que la soberanía, que tal, y como declara la Constitución Española, en su artículo 1.2., reside en el pueblo.

En esta línea, están empezando a surgir nuevas propuestas políticas que incluyen una mayor participación del ciudadano en los asuntos de gobierno. Frente a la democracia representativa, que es la forma de gobierno que hemos tenido durante los últimos 35 años en España, se presenta como alternativa clara la democracia participativa, una forma de gobierno que incluye una permanente interactuación del gobierno con los ciudadanos, en la que estos pueden (y como acto responsable, deben) participar e involucrarse en la toma de decisiones importantes que afecten a todos.


Una de las primeras decisiones, sin duda, supone la reforma de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG). Una reforma que implicaría medidas como el cambio en el sistema actual de reparto de escaños (regla d'Hont) o la habilitación de las listas abiertas, con el propósito de hacer una sociedad más democrática, plural e independiente, y que el acto de ir a votar de muchos millones de ciudadanos en este país no sea lo mismo que tirar la papeleta a la basura.

¿Por qué esta forma de gobierno puede ser posible si no lo ha sido ya en el pasado? Lo que diferencia claramente la situación actual de la historia conocida hasta ahora es el vertiginoso desarrollo de los medios de comunicación en el último siglo, y especialmente en las últimas dos décadas, con la aparición y desarrollo de Internet.

Este nuevo medio de comunicación constituye una innegable realidad que está cambiando nuestra sociedad y la forma que tenemos de relacionarnos, y esto ocurre, pese a los juicios y menosprecios que formulen algunos dinosaurios, incapaces de ver y adaptarse a los cambios que acontecen en estos tiempos que corren. El que niega esto, sencillamente, es que no está informado o bien disfraza su incapacidad de adaptación con la arrogancia y crítica hacia todo lo nuevo.

La democracia participativa usa estas nuevas posibilidades de comunicación y relación para llevar a la realidad una democracia real de los ciudadanos, permitiéndoles participar y decidir sobre los asuntos más importantes que les afecten. Es, precisamente, la voluntad de los políticos de ir cediendo parte de su poder real al pueblo lo que constituye el principal escollo a salvar, no las dificultades técnicas o logísticas, que sin duda serán muchas pero no insalvables.

Evidentemente, la implantación de este sistema de gobierno requiere de numerosos cambios de gran importancia y profundidad, pero los acontecimientos parecen apuntar a que la sociedad (o al menos una parte importante de ella) empieza a estar preparada para afrontar las consecuencias de dichos cambios, con paciencia, valentía, compromiso y esperanza.

En este sentido, empiezan a surgir opciones políticas que incluyen ya, para estas mismas elecciones y, por supuesto, las que seguirán, la democracia participativa en la lista de medidas a adoptar dentro de sus programas electorales. En el siguiente mapa podréis ubicar cuáles son estas ciudades y las distintas formaciones políticas.


Ver Candidaturas pertenecientes a la Plataforma Democracia Participativa en un mapa más grande

Puede que no sea la solución, de un plumazo, a todos los problemas, pero escoger una opción que incluya más democracia para los ciudadanos es, bajo mi punto de vista, el primer paso en un camino largo, que es lo que tenemos por delante, si queremos construir una sociedad más democrática y justa.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Democracia Real Ya: Manifestación el 15 de mayo

De que la cosa anda mal, la gente, poco a poco, ya está tomando conciencia. Que lo sabemos, eso ya estaba claro desde hacía tiempo, pero lo de tomar conciencia, a mí, al menos, siempre me ha sonado a un tipo de conocimiento más profundo, arraigado y, en última instancia, activador.

Tomar conciencia de algo, en mi humilde opinión, no es sólamente saber que existe, sino hacer algo en consecuencia, lo que sea, porque el conocimiento de la situación nos produce un sentimiento tal que pone en marcha algo en nuestro interior: la semilla del cambio empieza a germinar.

Y eso es lo que los nuevos horizontes de comunicación y cooperación nos están ofreciendo día a día, a poco que se busque sobre el tema. Diversas plataformas ciudadanas, desde el ámbito nacional, hasta asambleas vecinales, se unen en pos de un objetivo: cambiar las cosas, mejorarlas. Parece que el sistema político actual o, cuando menos, el rumbo por el que va el país, no contenta a casi nadie. Y es ese el sentimiento que llama a muchos a salir a la calle, a expresar sus ideas, su descontento, a denunciar públicamente los atropellos a los que nos somete el Gobierno, en este país en el que tantas situaciones dantescas se producen en el día a día.

Cada 4 años, y según el sistema político actual, los ciudadanos tenemos el derecho (y la responsabilidad) de votar a los que nos representen y decidan sobre los asuntos que nos atañen. ¿Y si lo hacen mal? ¿Y si no cumplen con lo prometido? La tendencia actual es la de votar a la oposición, más por castigo que por convicciones políticas. ¿Y cuando ésta también lo hace mal o no cumple? Suele llegar la desidia, la apatía, el desinterés y, en última instancia, el sentimiento de impotencia. El ciudadano, indignado, se ve sólo, pero este sentimiento es en realidad una ilusión infundada por los grandes poderes, tanto políticos como financieros, ya que la mejor forma de seguir aprovechándose de la masa aborregada es que cada uno de los borregos se sienta sólo.

Pero fijaos bien en la palabra masa. Tomaos un momento para reflexionar en la cantidad de gente que hay víctimas del sistema: parados camino de los 5 millones con pocas expectativas de cambio en su situación laboral, jóvenes sin futuro traicionados por un sistema educativo orientado a formar ovejas consumistas más que escépticos librepensadores, trabajadores que ven peligrar tanto su puesto de trabajo a corto plazo como su jubilación, trabajadores autónomos y pequeños empresarios que tienen que echar el cerrojo agobiados por la constante globalización y aglutinación del mercado en grandes corporaciones, familias que no pueden afrontar el pago de sus hogares, condenadas por la sobrevaloración del mercado inmobiliario y agobiadas por las abusivas condiciones hipotecarias ... y en general, todo el que está descontento con este caos reinante al que quieren que nos vayamos acostumbrando.

¿Cuántos somos? Un montón, una masa. Y sólo depende de que empecemos a cambiar de vernos aislados e impotentes a vernos como un todo. Y poco a poco, la masa se convierte en imparable, en un "increíble hulk" social, capaz de pulverizar intereses financieros de las grandes corporaciones bancarias y borrar del mapa (en el buen sentido) a políticos agradecidos con ansias de poder y de enriquecimiento. Esa masa, tiene que salir a la calle, manifestarse gritando, expresando sus opiniones en foros, charlas, blogs, carteles por las calles... en todas partes. Denunciar alto y claro que la cosa no va nada bien y que quiere empezar a tomar decisiones en una democracia real y directa, y que ya va siendo hora!

¡coño!

Ay... qué a gusto me quedao...

Pues bien. De entre los fenómenos que empiezan a extenderse socialmente para que los ciudadanos se unan contra esa impotencia política y este simulacro de democracia en el que vivimos y reclamen, está la plataforma ciudadana Democracia Real Ya, que ha convocado una manifestación a nivel nacional para el próximo Domingo, 15 de mayo de 2011, a las 18:00 h., y a las que os invito a todos a que participéis, aunque sea un rato, en la marcha convocada en vuestra ciudad. Por ejemplo, en Sevilla, la marcha dará comienzo en la Plaza de España y llegará hasta la Plaza Nueva. Podéis consultar las ciudades donde se ha convocado la manifestación en la página de Democracia Real Ya, junto con los detalles del itinerario e información útil de última hora.

Más información en:



martes, 3 de mayo de 2011

Indignaos!

Ayer me enviaron por correo el texto "Indignaos!, del francés Stéphane Hessel. Había leído artículos que lo mencionaban, y comentaban, pero hasta ahora no había conseguido el texto en sí. En sus 12 páginas, su autor, un antiguo activista de la resistencia francesa durante la ocupación nazi y co-redactor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, hace un llamamiento a la juventud, tanto presente como futura, para que se indigne ante la situación actual que los grandes intereses financieros y políticos han provocado en la  historia reciente, en una caída en barrena de los valores sociales, democráticos y humanos. Hessel ve cómo la juventud se apoltrona en su letargo de frenético consumismo y se convence (¿o deja convencer?) de que no puede hacer nada para cambiar la sociedad y que los políticos y banqueros tienen la partida ganada de antemano. 



Y frente a este hecho que todos, de alguna manera, percibimos, este francés de 93 años, consciente ya del ocaso de su azarosa y comprometida vida, zarandea nuestras conciencias y nos grita "Indignaos!", pero no sólo de manera que uno siga yendo por la vida, asqueado por la sociedad que le ha tocado vivir sin hacer nada al respecto, sino que ese sentimiento, esa percepción, lleve a una actitud de resistencia frente esos poderes que sutil y progresivamente, van recortando derechos y logros conseguidos con muchos sacrificios y sufrimientos.

Aunque no explica claramente cómo, sí que fija el rumbo en la dirección de la no-violencia, como premisa irrenunciable, y como fuente de la imprescindible esperanza que debe de guiarnos a todos en la construcción de un mundo mejor.



Os transcribo el final del texto que, para mí, resume bastante bien el llamamiento que hace este minilibro, que se ha convertido en best-seller y que lleva ya vendidos más de 600.000 ejemplares sólo en Francia.

Por eso, hagamos siempre un llamamiento a “una verdadera insurrección pacífica contra los medios de comunicación de masas que no proponen como horizonte para nuestra juventud más que el consumismo de masas, el desprecio de los más débiles y de la cultura, la amnesia generalizada y la competición a ultranza de todos contra todos”.

Pincha aquí para descargar el libro completo, y aquí para leer el prólogo de José Luis Sampedro.