...no te des por vencido ni aun vencido,
no te sientas esclavo ni aun esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y arremete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin vuelve a ser clavo;
no la cobarde estupidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.
Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer que nunca reza;
o como el robledal cuya grandeza
necesita del agua y no la implora.
¡Que muerda y vocifere vengadora
ya rodando en el polvo tu cabeza!
-Almafuerte-
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