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jueves, 7 de junio de 2007

Democracia electrónica


Ya sé que algun@ estará esperando algún post sobre cuestiones íntimas, algo con más sustancia, más carnaza, más visceral... con historias por medio sobre la eterna guerra de los sexos... pero hoy quiero volver con un tema al que llevo dándole vueltas un tiempo y que siempre procuro exponer de la mejor manera que puedo cada vez que se inicia una discusión sobre política. ¿Que si parezco de derechas? ¿Que si soy de izquierdas? ¿Que si tal partido ha hecho tales y cuales cosas mejor o peor? Yo creo que la política debería de cambiar radicalmente y dejarnos de tantos moldes. No abogo por la anarquía, sino por una asamblea política y democrática de millones de partidos independientes y unipersonales: nosotros.

Mucho se ha hablado y aún más escrito sobre el tema de la democracia, como sistema político, como estilo de vida, como pilar básico de la convivencia en muchos paises actuales... Pero uno de los mayores problemas que representa este sistema (hasta ahora, el sistema menos malo de todos) es que no ha permitido ejercerse directamente y por todos, es decir, por el pueblo, capacitando a éste para tomar parte activa, ágil y verdaderamente eficaz en las decisiones políticas de más o menos relevancia.

La democracia representativa permite que los ciudadanos deleguemos en los políticos la facultad de gobernar, pero salvo esta delegación, pocas opciones más nos dejan para ejercer nuestra propia capacidad de autogobierno porque no olvidemos que en toda democracia, la soberanía reside en el pueblo.

Como consecuencia de este sistema, los ciudadanos nos quedamos prácticamente "a la intemperie" cada cuatro años (algunas pocas veces algo menos), sometidos a las decisiones de unos señores en los que hemos puesto nuestra confianza y a los que hemos encomendado la gestión de nuestros asuntos (como pueblo), y que lo harán peor o mejor. El problema es que cuando hacen cosas buenas, sencillamente hacen su trabajo, y cuando toman decisiones impopulares es cuando se llevan todos los palos. De ahí la mala fama de la clase política, y es que cuando la gente quiere despotricar de algo, o es de entrenadores y presidentes de clubes futbolísticos, o es de los políticos (o también de algún compañero de trabajo). Pienso yo que ya es hora de menos quejarse y más ser responsables, más arrimar el hombro. ¿Cómo? Pues poquito a poco.

La democracia electrónica (también conocida como e-Democracia) consiste básicamente en la utilización de los medios de telecomunicación actuales para facilitar la participación activa del pueblo en la toma de decisiones políticas. No sé si me ha quedado muy bien la definición, si ha sido exacta, completa... pero es la que me ha salido. Hoy en día existen las posibilidades a nivel tecnológico de desarrollar la actual infraestructura de comunicaciones (internet, telefonía, tdt...) para posibilitar la participación ciudadana en las decisiones políticas en cualquier ámbito territorial de una forma accesible, sencilla, rápida y segura.

Un ejemplo. ¿Por qué no pudimos decidir si íbamos a la guerra de Irak y sin embargo cada semana la gente decide qué famoso se larga del reality show de turno? Tecnológicamente no hay ningún obstáculo insalvable para que éste sistema de democracia directa sea factible.

¿Dónde está el problema pues? Fundamentalmente, hay que librar la batalla por el desarrollo en dos frentes. Uno, el de los propios políticos, que tienen la sartén por el mango y no quieren soltarla. En este sentido, el gobierno utiliza los medios de comunicación masivos, y en especial la televisión, para embrutecer al pueblo y manipular la opinión pública, desviando la atención social por otras cuestiones más frívolas (lease pantojismo). Así, la "caja tonta" se convierte en el "Embrutecedor de masas marca ACME", un verdadero atontador de personas, meros receptáculos pasivos de la información (o desinformación) que vomite la pantalla.

El sistema, tal y como los políticos lo dirigen, favorece que la gente se amodorre y se desencante en asuntos de tipo social, cultural o político, convenciéndoles de que se encuentran absolutamente impotentes, incapaces de cambiar nada y de que todo va a seguir siendo así pase lo que pase. Y no solo hablo ya de los mass-media sino del mismo sistema de educación, transformado en una máquina de producir personas con muy bajo nivel cultural, muy poco interés por la sociedad que le rodea y muy poca capacidad analítica. Y si no, que se lo pregunten, por ejemplo, al profesor de biofísica que suspendió a 145 de 146 alumnos. O a cualquier profesor.

Por otro lado, luchamos contra nuestra propia comodidad. La mayoría queremos que nos lo den todo hecho y vamos por la vida como los burros, la mirada puesta delante, encendemos la tele y oye... lo que nos echen! Vamos, que pan y circo.

De todos modos, yo soy optimista y creo que, poco a poco, la e-democracia se irá implantando, casi de forma imperceptible, comiéndole cada vez más terreno y poder a los lobbies y políticos. De hecho, ya lo está haciendo, en forma de ideas, iniciativas que tímidamente empiezan a dar sus primeros pasos en nuestra realidad social y política. Pero queda mucho, muchísimo por andar, y constituye una responsabilidad de todos el que podamos tener una democracia, como dice Julio Anguita, radical.

Y el día (no lo veré) que esté realmente implantada, ya no tendremos que quejarnos más de que si los políticos ésto, los políticos lo otro... Entonces empezaremos a decir "la gente esto, la gente lo otro...". El caso es criticar. Dios... qué mundo!

Y la foto no tiene nada que ver con el texto pero... ¿a que es bonita? :)

6 comentarios:

  1. Estupendos comentarios sobre la democracia electrónica. "esta noche he soñado..." que me levantaba y podíamos coger las riendas de nuestro e-futuro. Por supuesto que no lo veremos pero ya se están sentando las bases de la democracia virtual al dotar de mayor peso la comunicación y las relaciones electrónicas. De hecho la mayor parte de las informaciones en las que verdaderamente confío me llegan a través del correo electrónico procedentes de esos grupos de "apestados" que suelen manifestarse en contra del sistema. Ellos sí que están aprendiendo a formarse vía electrónica, pero es i n d i s p e n s a b l e de todas formas mantener ese vínculo visceral y carnal entre todos los que comparten las mismas ideas. Tenemos que conocer la cara y el hígado de aquellos con los que vamos a compartir el placer de expresar una opinión verdaderamente libre y meditada (no la del voto cada 4 años) sino la del día a día en la que nos niegan el derecho a opinar, en la que siguen encarcelando gente por mostrar su repulsa ante la no-democracia. De todas formas sin esa base informativa cargada de veracidad es dudoso que la e-democracia tenga el resultado que me apetece porque la manipulación informativa puede hacerse extensible a la e-información, en fín seguiremos informandonos en la calle sobre cómo establecer nuestra democracia.

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  2. La dinámica de subordinación y la sumisión que el neoliberalismo y la globalización llevan asociados se convierten en una imposibilidad para la concreción de una comunidad política. Los espacios de participación son sustraídos, incluso en el plano físico . El modelo de participación que se impone es el de delegación, lo que se convierte en un impedimento para el desarrollo de procesos formativos personales y grupales. Son mecanismos que imposibilitan avanzar en una concepción del individuo como persona crítica, autónoma, reflexiva y responsable, siendo cada vez más los colectivos que, resultado del proceso de fragmentación que comentamos, quedan en una situación de exclusión social. Hay que seguir profundizando en la epistemología y praxis de esa e-democracia que usted apunta con buen criterio.

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  3. Las dinámicas globalizadoras que se dan en el seno del imperialismo capitalista presente, así como el desarrollo de las nuevas tecnologías y de los medios de transporte y comunicación parecen conformar un nuevo escenario mundial que es gobernado por unos pocos (multinacionales y transnacionales), quedando al margen del control del conjunto de la ciudadanía mundial. Es otro vértice problemático para el concepto de ciudadanía: ¿cómo configurar una ciudadanía de tipo cosmopolita, planetaria, mundial, o como queramos denominar? Dificultad que se acrecienta cuando la hegemonía neoliberal, tal como referíamos, atomiza, individualiza y elimina los espacios de participación.

    Son, en fin, un elenco de dilemas, de imprescindible tratamiento para dar respuesta al gran interrogante: ¿si un sistema basado en la democracia representativa en lo político, y capitalista en cuanto al modo de producción, puede dar cabida en su seno a un modelo de ciudadanía plena?

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  4. La educación de esa ciudadanía desde sus primeros pasos como personas, no ya en las escuelas y centros de formación, sino también en el seno familiar y a través de los medios de comunicación, constituiría la piedra angular para la construcción de esa sociedad que hablas, formada por individuos capaces, responsables, tolerantes, implicados en su entorno y en el desarrollo, tanto a nivel individual o personal como colectivo. y sobre todo y más aún, ilusionados con un mejor y factible futuro.

    Partiendo de esa base, sería el permanente diálogo y consenso de todos esos individuos el que formaría la voluntad política, de manera radicalmente democrática. Quizás esa fuera una forma de crear nuevas corrientes políticas, ideológicas y otros sistemas económicos hasta ahora desconocidos.

    Pero hay que partir siempre desde el principio: la educación de las futuras generaciones. Ahí está la clave.

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  5. Dani:

    Como la mayoría de los temas que expones, éste, entre ellos dan que reflexionar, cosa que es positiva para separar pros y contras, etc.

    En cuanto a la política “nunca llueve a gusto de todos” y más aun cuando, tras las elecciones, un partido no logra la mayoría absoluta y tiene que recurrir a pactar con un partido o varios, y es entonces cuando se ven frustradas las iniciativas que tienen pensados llevar a cabo para con el Estado, Comunidad Autónoma o pueblo llegando al fin y al cabo a la única “solución” que tan bien comentas: criticar. Lo mismo sucede cuando un determinado partido consigue la mayoría absoluta.

    Entiendo la mención que realizas en cuanto a los niveles culturales (en el caso que nos ocupa es el nivel bajo), aunque hay ciertos partidos que para recurrir al voto se “arriman” a personas que ostentan dicho nivel cultural. Hace poco vi en televisión que se celebraba en un parque de atracciones el día de un determinado pueblo (antes de las pasadas elecciones municipales) y el ayuntamiento se encargaba de poner autobuses gratis para los habitantes de dicha localidad. Días después emitieron un reportaje sobre dicha noticia; acudieron mayormente niños y mayores y éstos decían que “menudo regalo les había hecho el alcalde, sin poner un céntimo de su bolsillo” asegurando a su vez que “contaban con su voto para las próximas elecciones”.

    En términos democráticos la soberanía reside en el pueblo tal y como publica nuestra Constitución y bien defines, pero es entonces cuando los políticos tienen en cuenta al mismo para los que le parece conveniente o no.

    Existen personas muy cerradas en su forma de forma de pensar y creer en cuanto a ideales políticos, lo cual, puede o no suponer una barrera para aquellas que apuesten por el auge de la e-democracia. Con esto quiero decir que veo muy difícil el resurgimiento aunque no imposible.

    Me quedo con la excelente referencia que haces a Julio Anguita, lamento aunque por otra parte entiendo que dejase la vida política e incluso tenía la cabeza mejor puesta que sus compañeros de partido.

    Y en cuanto a la foto, es preciosa y predominante en su magnífico contraste colorístico.

    Un beso.

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